Global Journal of Human-Social Science, A: Arts and Humanities, Volume 21 Issue 12
al sector de servicios. Se estima que 44% de las mujeres registradas trabajan en el sector agrícola, el mismo porcentaje, es decir 44% trabajan en sector industrial (textil) y 46.15% en el sector sanitario. Es bueno mencionar que, en verdad, estas estadísticas priorizan la situación de la mujer que ha marcado un gran avance en los últimos años evolucionando hacia una sociedad que da tanta importancia al sexo femenino como al masculino, convirtiendo a Túnez en uno de los países feministas en el mundo islámico y africano. Aun así, las estadísticas muestran que la mujer tunecina cuenta con muchas carencias todavía. Es interesante observar otras fuentes de opinión que tratan la situación de la mujer tunecina, donde se reflejan episodios de la participación feminista en la vida política y social del país (por ejemplo diarios de opinión como “El Mundo”). No se han notado muchos sesgos en los datos y porcentajes. En un artículo titulado “Luces y sombras de la mujer tunecina ”, publicado en “El Mundo”, Paka Díaz, asevera que la situación jurídica de la mujer tunecina es excepcional en los países árabes. La creciente presencia de la mujer alcanza el 40% de los abogados y con porcentaje menor en los jueces, tan solo 29.9%, lo cual representa un tercio de de los mismos, aunque en 1969 se nombró a la primera jueza El sector sanitario registra un porcentaje alto de las farmacéuticas que supera el 72% y un porcentaje más modesto de periodistas pues tan solo representa 44%. En la vida universitaria el porcentaje de mujeres registradas es alrededor de 60%. Según la misma fuente, más de 1800 mujeres dirigen empresas. Estas cifras y otras determinan la imagen de la mujer y su presencia sustancial en los diferentes sectores vitales del Estado aunque escondan otra realidad la de la mujer rural, en un país que fue clasificado entre los países democráticos que reconocen los derechos humanos, así como los derechos de la mujer. A pesar de estos logros realizados durante años y años como fruto de mucho esfuerzo y trabajo de varios grupos sociales que han mostrado su apoyo e impulso a favor de la emancipación de la mujer, este colectivo sufre situaciones de desigualdad y discriminación salarial. Cabe señalar que, en el sector privado, los activistas sociales y defensores de los derechos de los trabajadores han levantado numerosas críticas y denuncias contra los dueños de estas empresas a la Unión General de Trabajo Tunecina (UGTT). A pesar de que la ley tunecina estipula obviamente la igualdad salarial entre ambos sexos y que el Estado firmó en 1951 la convención que trata la igualdad de los sueldos de ambos sexos, las desigualdades salariales siguen existiendo sobre todo en los sectores agrícola e industrial, donde se ha registrado un bajo control por parte del Estado y sus instituciones legítimas. III. P articipación de la M ujer T unecina en la P rimavera Á rabe Desde el estallido de los levantamientos en varios países del Norte de África y Asia, se han producido muchas críticas contra los gobiernos y reivindicaciones, para el fomento de las libertades y los derechos de las personas sin distinción alguna, derrocar a los gobiernos y a los regímenes que habían estado en el poder desde hace décadas, mejorar la situación económica de los pueblos…entre otras. La mujer tunecina ha mostrado su interés en participar en dicha revolución, ha encabezado las protestas, se ha enfrentado con la policía luchando para conseguir sus propósitos y luchado contra las corrientes que anteriormente negaban su condición. La mujer tunecina salió a la calle protestando y desfiló junto al hombre contra la dictadura de Ben Ali, considerando que la lucha es la única vía para obligar al régimen para que lleve a cabo reformas y rectificaciones a favor de la mujer. Ella misma ha estado en las calles, plazas, avenidas como la de Habib Burguiba (símbolo de la revolución) ubicada en el corazón de la capital Túnez. Ha mostrado presencia activa y masiva en la sociedad civil, confirmando que este colectivo goza desde hace décadas de libertad de expresión y de trabajo. Esta realidad se contradice con la afirmación de Jesus Mosterin, cuando expresa tan solo el ejemplo de la mujer egipcia. Así, dice que “en el mundo islámico resulta casi imposible a las mujeres levantar la cabeza y criticar abiertamente la opresión que sufren, aunque alguna, como la feminista egipcia Nawal El Saadawi, lo ha intentado ” (Jesus Mosterin, 2012). En este ámbito la mujer tunecina ha sido pionera y, ha mostrado esta valentía durante décadas de lucha contra la tiranía y despotismo de los dictadores y, su inserción en la vida pública ha sido fruto de mucho trabajo y esfuerzo. La mujer tunecina ha jugado una doble función, la primera consiste en la participación al mismo nivel que el hombre, por ejemplo en las protestas y manifestaciones organizadas contra el régimen aprovechando el ciberespacio para motivar a muchas otras para que saliesen a las calles. La segunda consiste en una función directiva, es decir, dirigir manifestaciones, elaborar estrategias, prestar ayuda a los manifestantes como la distribución de comida, medicamentos… (Randa Achmawi, 2011) En Túnez, la presencia de la mujer fue alta, gracias a los medios de comunicación que a su vez se usaron como instrumentos para transmitir mensajes, fotos, imágenes, videos… al mundo entero sobre las manifestaciones y protestas ocurridas que han llamado la atención dentro y fuera del país contra la tiranía y la injusticia. Como se ha dicho anteriormente, por medio de las redes sociales se hizo más fácil la difusión y la circulación de los videos… lo que aceleró la caída del © 2021 Global Journals Volume XXI Issue XII Version I 13 ( ) Global Journal of Human Social Science - Year 2021 A The Participation of Tunisian Women in the Construction of Peace: Relevant Participation in the Democratic Transition
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