Global Journal of Human-Social Science, A: Arts and Humanities, Volume 22 Issue 5
Hegemonía y Carnaval: Apropiación Cultural Del Carnaval Panameño a Inicio de la República Resumen- El escrito tiene por objetivo analizar el proceso de apropiación de la fiesta popular de mayor arraigo en la sociedad panameña; me refiero a el carnaval. Con este fin se describe el mecanismo empleado por la clase hegemónica para adueñarse de la celebración casi de exclusividad de los sectores populares. También se explica la función del nuevo modelo de celebración impuesto por la élite y el rol dado a los despojados. La investigación se ha centrado en el análisis iconográfico (fotos de coronación de reinas, de los desfiles, de los carros alegóricos) literario (poemas) y de fuentes publicitarias (diarios, revistas, memorias y gaceta de la época). © 2022 Global Journals Volume XXII Issue V Version I 19 ( ) Global Journal of Human Social Science - Year 2022 A Author: e-mail: betzygm12@gmail.com Palabras claves: apropiación cultural, carnaval, hegemonía. Abstract- The purpose of the writing is to analyze the appropriation process of the most deeply rooted popular festival in Panamanian society; I mean the carnival. To this end, the mechanism used by the hegemonic class to take over the almost exclusive celebration of the popular sectors is described. The function of the new celebration model imposed by the elite and the role of the dispossessed are explained. The research has focused on the iconographic analysis (photos of the coronation of queens, parades, allegorical cars) literary (poems) and advertising sources (newspapers, magazines, memoirs and gazette of the time). I. I ntroducción n el imaginario de los panameños la celebración del carnaval nace con la República, esto es a inicio del siglo XX. Aunque las fiestas carnestolendas del país se remontan a tiempos coloniales, vinculando con la fiesta de los negros cimarrones en los palenques (Craft, s.f.) quienes a través del baile Congo celebraban la resistencia a la esclavitud. Posteriormente, a finales del siglo XVII en el Arrabal de Santa Ana, los congos por medio de coplas, reinas, disfraces, bailes, eran los encargados de la celebración en la ciudad de Panamá. (Porras, 1999) La confusión ha sido sustentada por fuentes que ignoraron o desacreditaban las manifestaciones carnestolendas de los sectores populares e intencionadamente ubican la fiesta en 1910 con su oficialización, es decir, cuando la elite interviene en las carnestolendas. Para inicio del siglo XX, específicamente 7 años después de la fundación de la República, la clase hegemónica y dirigente del Estado decidió formar parte de la celebración del carnaval, para lo cual procede a otorgarle el carácter oficial a la fiesta. La apropiación de esta fue iniciativa tomada desde el sector privado, E específicamente por un periódico de la localidad: el Diario de Panamá , que para 1910 sus propietarios decidieron organizar la celebración del carnaval. (Colunje, 1926) Apropiación producto de la necesidad del grupo hegemónico de asegurarse el control de los festejos como reflejo del control de la sociedad y sobre los otros sectores sociales. (Gramsci, 1972). La iniciativa privada contó con el respaldo de las autoridades municipales, a través del Acuerdo Municipal N.º 5 de 1910. Las fuentes consultadas hacen referencia a dicha norma como un Decreto y se interpreta que a través de este se oficializó el carnaval. En un único artículo el Acuerdo señalaba: Destinase del Tesoro Municipal, la suma de quinientos balboas (B/. 500 00) que se pondrá a la orden del alcalde del distrito, a fin de que él, como lo estime conveniente, la distribuya en premiar los individuos, actos, diversiones, etc., que merezcan serlo y que tomen parte en las fiestas del Carnaval de 1910 en la ciudad de Panamá; suma que se imputará al Departamento de Gobierno, (…) (Acuerdos Municipales, 1910) Como se ve el Acuerdo Nº.5 solo establecía que se destinaba cierta cantidad de dinero para premios en las carnestolendas y el alcalde decidiría como distribuirlo. El documento no refería por ninguna parte darle carácter oficial a la fiesta. Lo que si se estableció de forma clara fue el apoyo económico por parte del Estado. La Asamblea Nacional, a través de la Ley 10 de 1913, facultó al órgano ejecutivo a aportar dinero para la realización del carnaval. La mencionada norma establecía lo siguiente: Autorizase al Poder Ejecutivo para que contribuya al buen éxito de las fiestas del carnaval hasta con la suma de dos mil balboas en el bienio. (Gaceta oficial N.º 1856 , 1913) Como se advierte la oficialización del carnaval no surge desde el poder de las autoridades, sino de empresarios vinculados al poder político -miembros también de la élite- ya que estos controlaban el gobierno, pues ocupaban los cargos públicos. Conviene subrayar que el Estado panameño había quedado en manos de un minúsculo grupo oligárquico cuyo único interés fue controlar el Estado para consolidarse como clase hegemónica. Así, por ejemplo, unos de los representantes del citado diario fue una de las figuras más conspicua del liberalismo panameño; el Dr. Eusebio A. Morales, considerado el ideólogo de la separación de Colombia. Para ese momento desempeñaba el cargo de Betzy González Marín
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