Global Journal of Human-Social Science, A: Arts and Humanities, Volume 22 Issue 5

© 2022 Global Journals Volume XXII Issue V Version I 21 ( ) Global Journal of Human Social Science - Year 2022 A Hegemonía y Carnaval: Apropiación Cultural Del Carnaval Panameño a Inicio de la República descrita como: “[…] de belleza extraordinaria perteneciente, a una de las familias de mejor posición social y más rancio abolengo. (Colunje, 1926) III. E l N uevo M odelo de C elebración: L a A propiación En la nueva forma de celebración fueron, en su mayoría, las hijas de las familias fundadoras de la República las reinas del espectáculo, todas de formación refinada, de piel blanca, de belleza aceptable a los patrones dominantes europeos y estadounidense. Así, pues, con la elección de la reina iniciaban los preparativos de la celebración; para ello se vendían boletos en establecimientos comerciales, las candidatas a reinas eran postuladas por los patrocinadores de la fiesta: hoteles, establecimientos comerciales, clubes privados, familiares o amigos, entre otros. Se instala la Junta del Carnaval (conformada por los mismos miembros que año tras año se rotaban los cargos) era la encargada de elaborar el programa oficial, es decir el guion a seguir en la fiesta. Según el alcalde del distrito, José Agustín Arango, “…las actividades propuestas tendían […] a una mejora en las costumbres de la localidad. (S/A, Programa de las fiestas del Carnaval, 1910) Ciertamente en su empeño de civilizar a los sectores populares la élite impuso actividades dirigidas a disciplinar a la población y así poder establecer el orden social. La implementación de actividades junto a las prohibiciones fueron los mecanismos empleados por la clase hegemónica para imponer el control social, es decir, influir en la conducta y en el pensamiento de los sectores subalternos. (Hunt., 1988). Para ellos, algo vital para la consolidación de la recién fundada República. Sin embargo, no fue tarea fácil, ya que los sectores populares mantenían su forma de celebración. Las nuevas actividades del Carnaval iban acompañadas de prohibiciones; en 1910 fue prohibido las caretas después de la seis de la tarde, los disfraces obscenos y los que representaran al clero y funcionarios públicos. También se prohibieron los cohetes, fuegos artificiales, petardos, buscapiés, explosivos, pinturas y anilinas en los juegos del carnaval. (S/A, Programa de las fiestas del Carnaval, 1910) El siguiente año la fiesta fue regulada a través de un decreto alcaldicio, además de las prohibiciones citadas se sumaron la de portar armas, provocar riñas y maltratar a los chinos (S/A, Decreto del alcalde sobre el carnaval, 1911) Haciendo referencia a la intervención de los grupos dominantes en la celebración carnavalesca y de su interés de usarlo como un medio de ordenamiento, Damaris Szmirnov, en su obra Génesis de la ciudad republicana , sostiene que: La élite tomó muy a conciencia la tarea de ordenar la vida pública de la sociedad. Esta nueva concepción burguesa debe imponerse también en las celebraciones populares: las celebraciones patrias y luego el Carnaval. Precisamente aquellas fiestas caracterizadas por jolgorios callejeros y, por tanto, las más proclives a degenerar en desordenes. ... Por otro lado, el temor a las masas populares tan asiduas a los levantamientos y, por supuesto la idea de inculcar las nuevas nociones de civilización y orden, es decir progreso eran razones de peso para intervenir directamente en la organización y desarrollo de las celebraciones populares. Finalmente, con la oficialización se establecería la idea de que el carnaval es la fiesta de toda la sociedad panameña, con nuevos patrones culturales, pero los elementos que representan a los sectores populares no tienen cabida en él. Es una gran maniobra de exclusión social de los sectores populares de la fiesta haciéndoles además creer que están incluidos y creándoles la imagen de que así es mejor y de que están las mejores y los mejores en la organización del carnaval. Es así como en el nuevo modelo de celebración los sectores populares pasaron hacer meros espectadores de la fiesta. R eferences R éférences R eferencias 1. (s.f.). 2. Acuerdos Municipales. (1910). Panamá. 3. Andreve, G. (1944). Breve historia del carnaval panameño. Revista Lotería Nº 33 , 22 y 23. 4. Boon, J. A. (1978). Del simbolismo al estructuralismo. Madrid: Aguilar. 5. Colunje, G. (1926). Los Carnavales panameños”. Directorio General de la Ciudad de Panamá. Panamá: Andreve y Compañía. 6. Craft, R. (s.f.). Portobelo Digital . Obtenido de Portobelo Digital: http://www.picturingportobelo.org/ congo-es. 7. Escobar, L. (1953). Habla la primera reina de los carnavales en Panamá. Épocas: ayer, hoy, mañana, N.º 156 , 18. 8. Gaceta oficial N.º 1856 . (1913). Panamá. 9. Gramsci, A. (1972). Cultura y literatura. Barcelona: Ediciones península. 10. Herald, S. (20 de febrero de 1826). Carnaval. pág. 1. 11. Hunt., H. P. (1988). Sociología. México: Editorial Mcgraw Hill latinoamericana S.A. 12. Porras, J. C. (15 de febrero de 1999). En la búsqueda de las raíces de nuestros carnavales… Fiesta de congos en el periodo Hispánico. El Universal , pág. B3. 13. S/A. (9 de enero de 1910). Programa de las fiestas del Carnaval. Diario de Panamá , pág. 2. 14. S/A. (24 de febrero de 1911). Decreto del alcalde sobre el carnaval. La prensa , pág. 1. 15. S/A. (1936). Breves apuntes para la historia del carnaval panameño. Momo: revista carnestoléndica y popular del carnaval , 11. 16. S/A. (27 de febrero de 1997). Julieta I ciñe ya sobre sus sienes la corona de soberana. pág. 1.

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