Global Journal of Human-Social Science, A: Arts and Humanities, Volume 22 Issue 5

por la reivindicación social que no sólo se deja ver en sus letras, sino que propone políticas de cambio. En la década de los 30, según las notas del diario, los Estados Unidos abren un espacio a la consideración de “la cultura latina” y en las universidades norteamericanas se alude a Mistral y, posteriormente, a otras poetisas. Pasados casi veinte años de la circulación del periódico, Mistral siempre presente en el campo poético femenino es propuesta para el Nobel de Literatura 1945, galardón que obtiene (en su año, única mujer en el podio). Como es de suponer esto la proyecta a un sinnúmero de participacionesy viajes de los que se da nota frecuentemente: se la llama la “reina espiritual de América Latina” y, además de la difusión de su poesía, ejerce un influjo en diversos ámbitos: participa de una comisión en la ONU (a la que renuncia pronto), asiste a universidades de toda América; es tema en varias columnas; ganadora de otros reconocimientos por sus contribuciones al mejoramiento cultural del hemisferio. En ese sentido de compromiso político se alude, también, a Mariblanca Sabás Aloma,cubana que propone un nuevo plan de desarme. Advertimos que el espacio poético abriga la esperanza de un mundo más justo, abierto y equitativo. Más aún, las poetisas abren a nuevas formas de relación en el propio ámbito literario, algunas rompiendo esquemas con más contundencia como Delmira Agustini y Alfonsina Storni. Otras, como Juana de Ibarbourou, pudieron integrarse a círculos mayoritariamente masculinos conciliando una vida más libre y apacible en términos familiares a decir de la semblanza entregada por Octavio Ramírez quien recupera la voz de la poetisa: “No salgo porque me incomoda la gente; porque me chocan los prejuicios del mundo… luego habló cariñosamente de su hogar… exaltó el placer infinitamente grande que le produce tener un hijo…” ( ST 8 Ene. 1925, 5). Hubo quienes marcaron pautas para las lectoras desde sus viajes por Hispanoamérica, donde dieron recitales y fueron acogidas por grupos literarios y políticos como sucedió con María Eugenia Torres (nicaragüense) y Zoila Rosa de Cárdenas (peruana) ( ST 30 Ene. 1930, 4 y ST 10 Abr. 1938, 5), respectivamente. Asimismo, en los años 20, empiezan a aparecer alusiones tímidas sobre poetisas mexicanas. Primero se alza la figura de María Enriqueta Camarillo de Pereyra sobre quien seescriben textos como este: Nunca ha pretendido ser hombre ni renegado de su sexo ni cantar en versos extravagantes y rebuscados la emancipación de la mujer ni hablado del agrarismo ni de la conveniencia del soviet…Luchadora incansable de la vida ha consagrado (bajo la dirección de su esposo, como es claro) restaurar el derruido hogar que habían formado. (Salado Álvarez, ST 18 Ago. 1923, 3). A pesar del juicio sobre la autora, y según observamos en la cita, ella tiene espacio en el diario ysu presencia se encarga de construir y reafirmar representaciones de mundo que conforman en alto porcentaje la base categorial de la época y que empiezan a entrar en choque con nuevas actitudes y formas que coexisten con ella. En el ámbito nacional, las alusiones no se circunscriben a poetisas laguneras o coahuilenses. El espectro abarca a quienes visitan el norte o desde la capital trabajan por la provincia. En esta misma década, el diario menciona a Dolores Guerrero (durangueña); y alude a Once poetas de Nueva Extremadura libro editado en Saltillo en cuya nómina además de ilustres escritores varones como el Prof. Federico Berrueto Ramón y Otilio González se incluye a María Suárez 6 y a Rosalinda Valdés 7 , detalle que seguramente alienta a mujeres con inquietudes literarias, pues ha sido posible publicar su obra. En los difíciles años 20 aparecen dos poetas de ideas reaccionarias que generan choques en la base categorial; es decir, como asunto inmediato aflora la defensa activa de la mujer. Se suma también una nueva percepción del tiempo en la que gana espacio la subjetividad y, por tanto, desde la óptica femenina, la percepción circunstancial es distinta; así, las artistas pugnaronpor ser constructoras de nuevos horizontes: (a) Laura Méndez de la Cuenca (musa y amante de Manuel Acuña) cuya trascendencia entre los siglos XIX y XX se deja ver en: educación, política, literatura, traducciones, nociones revolucionarias y la defensa de los derechos de las mujeres. La nota para los lectores laguneros esla penuria en que vive durante sus últimos años; según el diario, tal situación es producto de su estado civil. Por ello, el Presidente Calles le otorga una pensión siempre y cuando no cambie de estado civil ( ST 7 Ene. 1925, 1). Se da poca importancia a su trayectoria, mas la precariedad de las mujeres solas, por vejez o enfermedad (vgr. noticia sobre Dolores Bolio, internada por su hijo en un sanatorio psiquiátrico) son un tema frecuente en el diario 8 . Esta labilidad se debe, precisamente, a la desventaja que supone para una mujer el habérselas sola (por soltería, viudez o divorcio), dado el orden rígido de relaciones y oportunidades sociales y laborales. (b) Esperanza Zambrano (guanajuatense) es citada como poeta con una trayectoria viva enel ámbito de la cultura y se la conoce por su participación en altos cargos a nivel nacional e internacional (OEA). (c) María Grever, compositora guanajuatense quien, en 1925, es referida por su proyección internacional que rompió los parámetros de su tiempo. En este ambiente en el que pareciera que las circunstancias mantienen un status quo para las mujeres, se avistan estas vidas cuyo mundo de representaciones halla un espacio de apertura primero en la palabra escrita, luego en diversos foros, donde se aboga por un orden de representación activo en áreas © 2022 Global Journals Volume XXII Issue V Version I 25 ( ) Global Journal of Human Social Science - Year 2022 A El Periódico Lagunero Como Espacio de Representación de la Mujer: 1920-1950

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