Global Journal of Human Social Science, C: Sociology and Culture, Volume 21 Issue 5

acercarnos a la existencia de tres tipos de tráfico de tierras: circunstancial, intermedio y sistemático. Cada uno de estos tipos tienen sus diferencias, sus propias complejidades, pero al mismo son semejantes en el sentido de que resultan siendo eficaces. La distinción de cada una de ellas pasa por distinguir el tipo de tráfico de tierras, los agentes que participan, las características de estas y sus respectivas movilidades espaciales. a) Tipo Circunstancial Es el tipo donde se busca transformar la tierra urbana, el área ocupada, para luego realizar la transacción, sea de manera inmediata o bien cuando el lote tome un mayor valor. La ocupación se realiza con una expectativa de ganancia monetaria a partir de la modificación especial (adecuación). Aquí se asemeja a los parceleros de zonas productivas, quienes pueden optar por la estrategia de usar el suelo como reserva de valor. En términos de especialización, es el tráfico de tierras menos sofisticado, temporal y practicado por diversos sujetos participantes de las mismas invasiones (pobladores, coordinadores, dirigentes, etc.) o supuestos comuneros de áreas aledañas a la Metrópoli limeña, los sujetos sumergidos en esta actividad no cuentan con aparatos para hacer esto de modo sistemático. No se puede negar que en ciertos momentos recurran a contingentes de sujetos con fines de generar temor o producir violencia delictiva, pero ello no es recurrente, solo sucede en momentos polarizados. Los vínculos de los agentes de este tipo con los miembros de la asociación son mínimos, solo para buscar garantizar la ocupación del lote. A lo sumo asumen la función de coordinadores de sector de la asociación urbana, puede traficar pero eso sucederá solo hasta cuando culmine su periodo, o lo mismo sucede con los pobladores que tomaron tierras y luego venden los lotes que han ocupado. Después de la venta del lote se alejan por completo de la Asociación. Se ha podido registrar en el espacio de nuestra investigación a sujetos invasores que se apropian de varios lotes haciendo alusión a familias, sobre todo nucleares. Aquí predomina la lógica racional del “por si acaso” (Ñiquen, 2018 ) 2 Es de carácter circunstancial ya que es el menos elaborado orgánicamente, los sujetos pueden y “aprovechar la ocasión”, en un sentido que buscan situaciones mínimas posibles para lograr un beneficio. En concreto, aquí se encuentran los “domingueros”, una denominación estimatizante para referirse a aquellos que adquirieron un lote pero no residen y solo asisten los domingos para cuando se desarrollan las reuniones (Pimentel, 2020). 2 La socióloga Jimena Ñiquen Castro-Pozo (2018) ha desarrollado ampliamente el sentido de esta lógica del “por si acaso”. transferir sus terrenos después de adecuarlo para la construcción de una vivienda, sobre todo provisional. Y como el propósito es garantizar la ocupación del lote que adquirirá valor una vez sea adecuado, puede tener lazos mínimos con los dirigentes actuando como clientes y aliados de los mediadores que son los dirigentes, ya que estos son los encargados de hacer la gestión de la constancia de posesión, delimitar el tamaño y ubicación de los lotes, etc. Los agentes urbanos que la practican no están organizados de manera sistemática para realizar estas actividades, pero lo que no quiere decir que no sea deliberado y premeditado. El sistema de transferencia es lo que en el sentido común se conoce como “traspaso”, sistema de intercambio también especulativo del espacio y como parte de un submercado ilegal de tierras (Calderón, 2016, 2005). Y la movilidad que desarrollan estos agentes es de carácter intra-asentamiento, es decir, su movimiento dentro del asentamiento es para defender su lote que es visto como una ocasión de tener algún beneficio monetario. Estas prácticas por cierto no son nada recientes, incluso Matos Mar (1977) incluso ya había identificado en alguna medida en sus primeros trabajos sobre barriadas, pero no le prestó la debida atención. A pesar de que los sujetos pretenden ver de ese modo, el “traspaso” no es de ninguna manera una apropiación personal o grupal de los productos del trabajo, menos una apropiación asociada a la finalidad de residencia. El discurso persistente a la hora de buscar convencer o realizar la transacción que “el pago es solo por su trabajo, es su derecho, porque pampear cuánto cuesta”, lo que confirma que el traspaso es vista de modo natural como derecho adquirido por el esfuerzo realizado por el ocupante primario. Indudablemente, el dirigente trasfiere terrenos baldíos que no fue ocupado por él, mientras que el socio o poblador hace “traspaso” de “su terreno”. Se presenta aquí otra figura, aunque aparentemente exista una suerte de identidad con el territorio, el “traspaso” es una negación de identidad del sujeto con el lote primariamente ocupado, lo que le permite tener por ello un ingreso monetario, pero también le permite ser partícipe de un intercambio especulativo, sobre todo asociado a un tipo de intercambio conocido en el sentido común como “remate”, cuyo significado y agudeza alude el uso del menor tiempo posible para la concretización de la transferencia y al precio que sea, más aún si hay ausencia de demanda. El remate se asocia con la zozobra del traficante a ser descubierto por las autoridades del asentamiento. Con otras palabras, el “traspaso resulta siendo un quiebre entre la necesidad de residencia y la ocupación para la transferencia. Volume XXI Issue V Version I 78 ( ) Global Journal of Human Social Science - Year 2021 C © 2021 Global Journals Tráfico de Tierras en Áreas Periurbanas de Lima, Perú: Tipos e Implicancias Político- Institucionales y Socioculturales

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