Global Journal of Human Social Science, C: Sociology and Culture, Volume 21 Issue 5

intra-asentamiento, porque en la lógica del “por si acaso” y “aprovechar la ocasión”, la preocupación de los agentes gira fundamentalmente en asegurar la tenencia del lote porque servirá como reserva de valor y el traspaso, y, por ello, la disputa por el lote es dentro del asentamiento, mucho más situado y localizado. El tipo intermedio involucra una disputa por los lotes mediante una movilidad intra-asentamiento e inter- asentamiento, los agentes se mueven en más de un asentamiento y, por lo general, disponen de información privilegiada sobre los lotes aún no ocupados, ya que ocupan cargos de dirigentes o hacen de supuestos asesores para la gestión para la formalización del asentamiento y la respectiva instalación de servicios elementales. El tipo sistemático significa el despliegue de una movilidad espacial inter-asentamiento, interurbana y regionales, es decir, para desarrollar su práctica los agentes de este tipo se mueven en varios asentamientos de la ciudad e, incluso, en otras urbes o regiones contiguas. En términos de su relación con prácticas como el clientelismo, corrupción y criminalidad. El tipo circunstancial tiene una relación directa con el clientelismo, ya que los agentes tejen lazos con los mediadores para proteger su lote y, por lo general, actúan como clientes. El intermedio, se vincula con la corrupción y clientelismo, en especial como mediadores y satélites personales, con el propósito de tejer redes con autoridades municipales y utilizar estas como mecanismo de legitimación para traficar dentro del asentamiento en formación. En tanto, el tipo sistemático está vinculada al despliegue prácticas asociadas a la criminalidad y a la corrupción, corresponde a agentes que constituyen mafias organizadas que pueden usar de manera estratégica la violencia y mecanismos de persuasión para la promoción y venta de los lotes usurpados, con un manejo sistemático de la información del Estado y las comunidades. No obstante, no podemos perder de vista de que los agentes de los tipos circunstancial e intermedio puedan llegar a prácticas sistemáticas, es decir, todos estas distinciones y prácticas pueden significar procesos transicionales para convertirse en algo más elaborado y orgánico. Existe la posibilidad, de que estos sujetos, los que no son propiamente traficantes especializados, tiendan a que estas prácticas produzcan su existencia material y social, desplieguen un hábito. Esta estandarización o normalización es lo que produce la multiplicación del crimen organizado, el tráfico de tierras y las relaciones clientelares, así como el uso instrumentalizado de todo tipo de mecanismo. El momento transicional más avanzado puede estar en el caso de los dirigentes, a que a diferencia de los pobladores, son los que disponen de todos los terrenos identificados como “vacíos”, y trabajan con todas las disposiciones legales que les brinda la propia Municipalidad distrital después de su inscripción como dirigentes de la asociación. En cuanto al rol que cumplen los municipios locales en toda esta trama, existen instrumentos que ellos utilizan ellos como parte de su competencia en la política correctiva, y en especial tiene que ver con la facultad que tienen desde el 2006, creado durante el gobierno de Toledo con la finalidad de lograr que la población que no contaba con título de propiedad tenga acceso a los servicios de agua y luz ha derivado en otro tipo de prácticas, específicamente clientelismo de los gobiernos locales. Además, en términos normativos, las municipalidades no pueden otorgar estos certificados de posesión a poseedores de inmuebles ubicados en áreas zonificadas para usos de equipamiento educativo, reservados para la defensa nacional, zonas arqueológicas o que constituyen patrimonio cultural de la Nación, en áreas naturales protegidas o zonas reservadas, ni en aquellas calificadas como zona de riesgo. Sin embargo, en la práctica esa prohibición se ha visto transgredida, lo que contribuye a la continuidad de prácticas clientelares y tráfico de tierras. Finalmente, la continuidad y extensión de estas prácticas e, incluso, sus lazos con la corrupción y el crimen organizado, también se deben a trasformaciones en las bases sociales como el cambio de dirigente gestor a dirigente traficante y las fracturas dentro de las organizaciones de las comunidades campesinas, en este caso de la costa y próximas a las urbes, que no solo han adolecen de disensos por el surgimiento de nuevas asociaciones urbanas sino, como en el caso de Jicamarca, no usan ni controlan sus tierras, lo que es aprovechado por mafias organizadas para usurparlas y comercializarlas mediante el mercado ilegal de tierras. B ibliografía 1. Abramo, Pedro (2009). La producción de las ciudades latinoamericanas: mercado inmobiliario y estructura urbana . Quito: OLACCHI. 2. Arriola Laura, Addier G. (2019) “La urbanización selectiva. Un estudio de la respuesta estatal a las invasiones de tierras y al tráfico de terrenos en zonas urbanas marginales de Lima”. Tesis para Optar el Título de Licenciado en Ciencia Política y Gobierno. Lima: PUCP. 3. Baer, Luis y Mark Kauw (2016) “Mercado inmobiliario y acceso a la vivienda formal en la Ciudad de Buenos Ai-res, y su contexto metropolitano, entre 2003 y 2013”. En: EURE , Vol. 42, No. 126, pp. 5-25. 4. Brenner, Neil; Jamie Peck y NikTheodore 2015 “Urbanismo neoliberal. La ciudad y el imperio de los mercados”, en Observatorio Metropolitano de Madrid (edit.), El mercado contra la ciudad. Sobre Volume XXI Issue V Version I 87 ( ) Global Journal of Human Social Science - Year 2021 C © 2021 Global Journals Tráfico de Tierras en Áreas Periurbanas de Lima, Perú: Tipos e Implicancias Político- Institucionales y Socioculturales

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