Global Journal of Human Social Science, C: Sociology and Culture, Volume 21 Issue 5
por el momento del nacimiento, el parto, que puede ser un encuentro afectivo con el hijo. Se ha incorporado toda la psicología prenatal y postnatal, además de todas las técnicas de autocontrol emocional y de dolor. Favorecen la creación de grupos de iguales que permiten la aparición de nuevas redes sociales de crianza, en un mundo en que los hijos llegan, a menudo, en individuos y parejas muy independientes. Facilitan una crianza más compartida, más saludable, e indudablemente, más feliz (Fernández, 2019). En España, se da la particularidad, de que estos programas de educación pre y postnatal se contemplan en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud con cobertura para toda la población del territorio del Estado Español desde 1983 (Fernández, 2014). Se ofertan a través de las consultas de las matronas de Atención Primaria (Instituto Nacional de Salud, 2001). Estos programas constituyen uno de los medios estatales para disminuir la morbi-mortalidad materna y neonatal tradicional. Y ahora, que se ha conseguido que esas cifras sean muy bajas, se han convertido en un pilar para el cambio de rol personal que conlleva la maternidad y la paternidad y para el establecimiento de la reestructuración familiar que requiere la llegada de un hijo. El programa español consta de tres niveles de atención. El primero son sesiones educativas que se imparten antes de las 20 semanas de gestación. El segundo nivel son las sesiones que se imparten de la 28 semana de gestación al final del embarazo. El tercer nivel son las sesiones que se imparten en el puerperio. El segundo nivel es de obligado cumplimiento, por lo que es el que más se oferta. El tercer nivel está creciendo dada la demanda de las nuevas madres. En un principio, la asistencia era sobre todo de embarazadas. Ahora, cada vez son más las embarazadas que acuden con sus parejas (Fernández M, Muñoz I, Torres J., 2013). a) Los programas de Educación Prenatal promotores del “Cambio Individual” La eficacia de estos programas para alcanzar los objetivos educativos a nivel de los asistentes está demostrada (Fernández, 2013). El trabajo de Fernandez de 2012 evaluó los programas en toda una comunidad autónoma, la comunidad de Madrid donde recogieron 928 cuestionarios (Fernández, 2012). Los indicadores de “eficiencia”, que miden el tiempo y los recursos, mostraron escasez de matronas en atención primaria en relación con la población que tenían que atender. Obtuvieron un ratio de 1 matrona cada 422 partos, cuando la OMS promueve un ratio de 1 matrona cada 160 partos. Esta escasez de profesionales hace que los grupos tengan más asistentes, una media de 20 mujeres y 10 parejas (Fernandez 2014). El número de asistentes recomendado para los grupos de educación para la salud es de un máximo de 15 personas y /o 7 parejas. Los indicadores de “eficiencia” mostraron que había que hacer un esfuerzo por captar a la población inmigrante, las mujeres de menor nivel cultural y las de riesgo por edad menor de 19 años y/o mayor de 40. Los indicadores de “funcionalidad”, o evaluación de los propósitos y el proceso del programare mostraron muy buenos indicadores en todos los elementos de organización contemplados. Los indicadores de “efectividad”, o evaluación de si se consiguen los objetivos educativos, mostraron un cambio importante de hábitos en los cuidados de la gestación, la alimentación, el ejercicio y el descanso. Así mismo, mostraron resultados estadísticamente significativos en cuanto a la adquisición de conocimientos sobre el embarazo, el parto, el postparto, la lactancia, los cuidados de recién nacido y los signos y síntomas por los que acudir a urgencias. También mostraron resultados estadísticamente significativos en cuanto al aprendizaje de ejercicios de suelo pélvico, técnicas de respiración y técnicas de relajación. El nivel de satisfacción con el programa fue muy alto, en una escala tipo Likert, donde 0 es el menor valor y 10 el mayor valor, obtuvieron una satisfacción de 8,9. Una media de 7,5 sesiones de programa y una asistencia media a 6,8 sesiones. Los indicadores de “impacto” a corto plazo, en el momento de finalizar el programa mostraron resultados estadísticamente significativos en cuanto a la sensación de control o seguridad que adquirían los madres y parejas asistentes hacia el embarazo, el parto, el postparto, la lactancia y los cuidados del bebé. Así somo la vinculación afectiva positiva hacia su hijo (Fernández M, Muñoz I, Torres J., 2014). Todos estos datos muestran estadísticamente que los programas prenatales estudiados producen cambios a nivel de los individuos que asisten a ellos. No se han encontrado estudios que midan como estos programas producen cambios a nivel grupal y social. La aportación de este trabajo está en relación con la experiencia de estos cambios en un centro de salud del Norte de la Comunidad de Madrid, España. b) Del “Cambio Individual” al “Cambio Grupal” En el centro de atención primaria “Rosa de Luxemburgo” de San Sebastián de los Reyes” de la Comunidad de Madrid (España), la media de asistencia a los grupos de educación prenatal en el Segundo nivel o de las 28 semanas al final de la gestación es de una 21 embarazadas al mes y 13 parejas. Se trata, por tanto, de una población joven. Su nivel cultural y económico es medio y alto. Durante el desarrollo de los grupos presenciales y ahora “on-line”, por la situación de COVID-19, se realizan actividades que promueven el trabajo activo de las parejas y el intercambio de dudas y experiencias. Con ello se favorece el conocimiento por parte de los integrantes de los grupos que, normalmente, inician una relación a través de la creación de un grupo de “guasap”. Este grupo les permite seguir Volume XXI Issue V Version I 17 ( ) Global Journal of Human Social Science - Year 2021 C © 2021 Global Journals Los Programas De Educación Para La Maternidad Como Medio De Empoderamiento Social. Un Ejemplo
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