Global Journal of Human Social Science, D: History, Archaeology and Anthroplogy, Volume 23 Issue 6
—cada vez más frecuentes en la segunda mitad del siglo XVIII— de tumultos, disturbios o sublevaciones de la población indígena o mestiza . 15 Las milicias en el mundo hispánico en el siglo XVIII se componían de dos clases las denominadas urbanas y las disciplinadas o regladas. Las primeras eran fuerzas de tipo local que se conformaban con personas que habitaban una determinada villa o pueblo. Las segundas eran más grandes y se componían de planas mayores de oficiales veteranos. Estas últimas tenían periódicamente asambleas regladas . En el caso del norte, su movilización dependía de los ataques que cometían los indios, por lo que los soldados tenían que salir de su territorio para ayudar a eliminar la posible amenaza. Debido a que no eran parte de las unidades permanentes, su existencia se encontraba en un segundo nivel jerárquico en importancia dentro del organigrama militar. Los milicianos se hallaban en importancia por debajo de las tropas veteranas (como se les llamaba en el mundo hispánico a los ejércitos permanente en el siglo XVIII). Pese a lo anterior, éstas solían estar sujetas a la misma legislación que los soldados de los ejércitos permanentes, por lo que también fueron capaces de hacerse de ciertos privilegios. 16 La importancia de la creación y consolidación de las milicias respondía a una novedosa estructura militar continental planeada por la Monarquía Hispánica en el siglo de las luces: el ejército de América. Esta importante reforma fue acompañada de una profunda trasformación en el organigrama defensivo . En el caso de la frontera norestense las milicias que se han localizado pertenecían a las denominadas urbanas, por lo que los individuos que habitaban el territorio norteño tenían la obligación de salir a defender a los vecinos de cualquier posible ataque indio. Debido a las problemáticas que se presentaban es que los afrodescendientes se tuvieron que sumar a esta dinámica defensiva. 17 Estas unidades defensivas fueron creadas por los llamados reglamentos de plaza, los cuales comenzaron a ser dictados a partir de 1718; unidades que constituirán el llamado desde entonces Ejército de Améric a Esto se generó especialmente desde el momento que las viejas compañías de presidio comenzaron a ser sustituidas por unidades modernas: regimientos, batallones y compañías. 18 15 Juan Marchena Fernández, "El ejército de América y la descomposición del orden colonial. La otra mirada en un conflicto de lealtades", Militaria .4 (1992): 72. 16 Archivo General de la Nación, México (AGN), Instituciones Coloniales, Indiferente Virreinal, Cajas 3000-3999, Caja 3304, Impresos Oficiales Caja 3304, Exp.001. 17 Juan Marchena Fernández, Ejército y milicias en el mundo colonial americano (España: MAPFRE, 1992), 94. 18 Marchena Fernández, Ejército y milicias, 94. . Este gigantesco ejército -por lo menos en papel- se componía sobre la mesa del ejército de Refuerzo (enviado desde la península), del ejército de Dotación (los Fijos americanos) y de las milicias americanas . 19 c) Participación de los afrodescendientes en las milicias de la frontera norestense Jerárquicamente, como se observa, las milicias se encontraban en un tercer nivel operativo, estando compuestas igualmente en lo fundamental de los pobladores americanos. La situación de los presidios en la frontera norestense fue complicada. Muchos de los españoles que habitaban estos espacios no querían integrar las diferentes unidades defensivas. Por tanto, en muchas ocasiones las milicias se tenían que crear de forma forzosa. Sin embargo, la obligatoriedad de las milicias no solucionaba el problema del todo, ya que algunos de los españoles decidían escapar a otros espacios para no alistarse en los cuerpos y asistir a la guerra. Pese a estos problemas, en el noreste novohispano no existieron presidios exclusivamente conformados por afrodescendientes. Las leyes estipulaban, igual que en otros espacios, que no todas las personas podían pertenecer a estas unidades. Por tanto, en el año de 1762 en algunos presidios de Coahuila, como en el de Santa Rosa se especificó a los individuos que no eran aptos para enlistarse en las milicias ningún vecino miserable, ni alguno que exceda de cincuenta años ni baje de diez y ocho, ningún hijo de viuda ni de padres viejos e impedidos, ni que se han conocidos por mulatos, ni indios. 20 No se admitirá para este servicio a ninguno, que haya sido tomado por vagabundo, o mal entretenido, con nota de delito feo, ni al que la tenga de oficio indecoroso, o extracción infame, como Mulato, Gitano, Carnicero, Pregonero, o Verdugo Este tipo de ordenamientos se aplicaban en otras regiones del mundo hispánico, entre las que se incluía la península ibérica. Así lo certificó la Real Declaración sobre los puntos esenciales de la Ordenanza de milicias provinciales de España. En el año de 1767 explicaba que individuos podían acceder a un cuerpo miliciano. En dicho documento se asienta que: 21 Aunque las normativas aquí señaladas prohibían que las personas de origen africano participaran de tareas militares, el escenario terminó por imponerse. Como veremos, las dinámicas en cada . 19 Juan Marchena Fernández, Guermesindo Caballero Gómez y Diego Torres Arriaza, El ejército de América antes de la independencia. Ejército regular y milicias americanas, 1750-1815 (Hojas de servicio, uniformes y estudio histórico) (España: MAPFRE, 2005), 108. 20 Archivo General de la Nación (AGN), instituciones coloniales, gobierno virreinal, provincias internas 92, cont. 13, vol. 33, exp. 7. 21 Real Declaración sobre los puntos esenciales de la Ordenanza de milicias provinciales de España, que interin se regla la formal, que corresponde a estos Cuerpos, se debe observar como tal en todas sus partes (Madrid: Oficina de Antonio Marín, 1767), 56. Volume XXIII Issue VI Version I 36 ( ) Global Journal of Human Social Science - Year 2023 D © 2023 Global Journals People with Afro-Descendants in the Militias of the Northeast of New Spain. Century XVIII
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