Global Journal of Human Social Science, D: History, Archaeology and Anthroplogy, Volume 23 Issue 6

presidios para evitar su integración en estas unidades defensivas, aunque esto no se pudo llevar a cabo totalmente. Sin embargo, en las milicias quizás fue más fácil su integración, por lo que su asistencia es susceptible de ser localizada. Posiblemente a los mandos no les interesaba ocultar la integración de los afrodescendientes en estas unidades defensivas por la incapacidad de los milicianos para formar parte del ejército permanente, por lo que no resultaba problemático su incorporación y su aceptación en la defensa armada. Quizás fue más fácil aceptar para las autoridades españolas a las personas de origen africano en las milicias, a las que sólo tendrían que acudir en algunos momentos, para después regresar a la vida familiar y económica a la que estaban acostumbrados. Además, como ya se mencionó previamente, las necesidades militares en las distintas regiones americanas -incluido el noreste novohispano- muchas veces terminaban por imponerse a las aparentemente restrictivas normas jurídicas de la época. Aunque existiera una necesidad por incorporar a las personas de origen africano a las milicias, para así poder defender el territorio, algunos de los españoles fueron renuentes para aceptarlos. Sin importar la opinión de algunos de los vecinos del septentrión, la inserción de los milicianos afrodescendientes se realizó. Era importante que el número de las milicias fuera representativo si querían hacer frente al enemigo. En el caso del norte novohispano sólo se ha localizado la compañía de pardos de la ciudad de Durango. Sin embargo, si llegaron a participar en otras unidades de la defensa armada y su número llegó a ser significativo en el siglo XVIII. Un ejemplo que sirve para ilustrar esta situación es el escuadrón de milicias que se formó en Santa María de las Parras en el año de 1707. Parras fue un espacio que fungió como un lugar importante en la producción de vinos, los cuales se fueron distribuyendo en la Nueva España y ultramar. Debido a la dinámica económica del lugar, muchos de sus habitantes fueron no sólo españoles, sino también tlaxcaltecas que provenían de San Esteban de la Nueva Tlaxcala. Defender este lugar se volvió importante para que los indios no realizaran ataques y entradas y, por tanto, facilitar la acumulación económica de unos cuantos privilegiados. De tal forma, primero se formaría una unidad miliciana y posteriormente, una compañía de volantes. En el siguiente cuadro se podrán observar los integrantes de la unidad miliciana ya mencionada, según su calidad, permitiendo comprender la composición social interna de este espacio. Soldados milicianos que componían la unidad de Parras, según sus puestos y calidades. Siglo XVIII. Españoles Mestizos y coyotes Mulatos y negros Capitán 6 Cabo 1 Cabo 1 Sargento 1 Soldados 30 Soldados 28 Alférez 1 Soltados 29 Total 37 Total 31 Total 29 En el cuadro de arriba se pueden observar diferentes cuestiones: 1) que numéricamente participaron en cantidades muy similares españoles, mestizos y coyotes, así como mulatos y negros; 2) que en la organización militar se tomaba en cuenta la calidad de las personas, afectando a la jerarquía que ocuparían. Sobre esto último, es importante conocer que esta misma situación se generó en otros espacios de la Nueva España, en donde sólo aquellos que eran españoles podían ocupar los altos puestos. De tal forma, los españoles pudieron ser capitanes, sargentos, alféreces o soldados, mientras que los demás, entre los que se encontraban los mulatos y negros sólo podían ser cabos o soldados . 37 Una diferencia importante de los integrantes que ocuparon dichas milicias fue la accesibilidad que tuvieron a las armas, seguramente por la dificultad de hacerse de éstas. Por dicha razón, en el caso de los 37 Archivo Histórico Municipal de Parral (AHMP), fondo colonial, milicias de guerra, padrones de milicia, c 10, 001, 028. españoles, de los 37 hombres registrados, 30 poseían caballos, aunque el número de ellos variaba (de uno a ocho caballos). Por su parte, 33 iban con armas: la mayoría con armas de fuego y sólo dos con armas punzo cortantes. Seguramente esto se debía a que estos dos individuos no tenían dinero suficiente para la adquisición de balas y pólvora que se requería para las armas de fuego y porque era más accesible la compra de las armas blancas. Tenemos que recordar que, no todos los españoles tenían la misma capacidad económica, por tal razón se encuentran personas que no llevan caballos o las armas necesarias para ir a las campañas, pese a que estaba reglamentado lo que tenían que portar. La situación de los mestizos y los coyotes fue muy diferente. De los 31 hombres que compusieron esta milicia, 19 dijeron contar con sus armas y 9 estar sin ellas. Además, uno de ellos dijo poseer un espadín. En el caso de los caballos la disminución es similar. De los registrados, 19 personas contaban con su caballo, © 2023 Global Journals Volume XXIII Issue VI Version I 39 ( ) Global Journal of Human Social Science - Year 2023 D People with Afro-Descendants in the Militias of the Northeast of New Spain. Century XVIII

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