Global Journal of Human Social Science, D: History, Archaeology and Anthroplogy, Volume 23 Issue 6
siendo que la mayoría lo máximo que tenía eran dos y sólo uno de ellos cuatro. El estado de los integrantes de estas milicias conformado por mulatos y negros todavía fue más complicado en cuanto a las armas y caballadas con las que contaban. De los 29 milicianos enlistados sólo 10 de ellos poseían las armas requeridas. Es decir, el 34.4.% contaba con sus armas, mientras que el 65.6% iba desarmados. Además, dentro de estos 10 individuos uno llevaba adarga y otro una espada. Los números no fueron muy diferentes en cuanto a la caballada, por lo que sólo 10 afrodescendientes que integraron esta unidad poseyeron caballos, siendo que el que más llegó a contar fue el cabo con tres de ellos. Es decir, el soldado afrodescendiente no pudo hacerse de estos animales y sólo el individuo con el puesto más alto los adquirió. Esta situación fue similar a otros espacios de la Nueva Vizcaya. Otras listas que se hicieron de las milicias que conformaban la Nueva Vizcaya en las que se encontraron personas de origen africano en 1707 fueron la del valle de San Bartolomé, el pueblo de San Juan del Río y Santa Bárbara. El caso de la ciudad de Durango fue representativo, como se verá más adelante. La lista que se formó de mulatos y negros en el valle de San Bartolomé contaba con 55 soldados, además de un capitán, un sargento y un alférez, al contrario de Parras. De estos hombres 23 tenía sus armas (40%), y de ellos sólo 10 reportó tener todas. Los restantes 35 (60%) se enlistaron sin tener sus armas. 38 En el pueblo de San Juan del Río la milicia estuvo conformado por 62 hombres, donde 51 eran españoles y 12 fueron divididos entre mulatos, negros y mestizos. De la lista de individuos de origen africano, 10 eran soldados, un capitán y un sargento. Del total de estos hombres solamente 2 de ellos no tuvieron armas ni caballos (17%). Dentro del armamento con el que contaban estos soldados estaban los arcabuces, chuzos, sarrocha y lanza . 39 En la villa de Santa Bárbara se registraron 83 soldados españoles (44%) y 105 soldados de “color quebrado” (56%). Todos estos últimos con sus armas. Sólo se expresa el caso de un soldado en el que no se explica si las tenía o no. 40 Esta información nos muestra que en algunas milicias existió una organización jerárquica más estratificada. Seguramente los afrodescendientes tenían que estar capitaneados por un español, tal y como sucedió en otros espacios. Con base a diversas fuentes, un español podía mandar en una unidad de 38 Archivo Histórico Municipal de Parral (AHMP), fondo colonial, milicias de guerra, padrones de milicia, c 10, 001, 027. 39 Archivo Histórico Municipal de Parral (AHMP), fondo colonial, milicias de guerra, padrones de milicia, c 10, 01, 030. 40 Archivo Histórico Municipal de Parral (AHMP), fondo colonial, milicias de guerra, padrones de milicia, c 10, 01, 031. afrodescendientes, pero no viceversa 41 . El objetivo que tenía la Monarquía en relación a estas unidades es que existiera un determinado control sobre lo que acontecía. Situación que se presentó con otros grupos como las milicias tlaxcaltecas de San Esteban de la Nueva Tlaxcala. 42 En esta lista contabilizaron aquellos que fueran de “colores mulatos, mestizos y coyotes”. De estos 101 hombres que se sumaron en total, 66 tenían sus armas (65%), mientras que 35 no (35%). El que existiera una compañía con hombres a caballo demuestra que algunos de los afrodescendientes que sirvieron en las milicias de la ciudad de Durango tenían un poder adquisitivo importante, puesto que no cualquiera podía costear el mantenimiento de estos animales. Pero ¿por qué sólo en Durango existía una compañía de pardos, mientras que en las otras milicias se tuvieron que integrar a os de españoles? Seguramente el que en esta ciudad existiera esta cantidad numérica representativa de milicias se debe a que Durango era un lugar importante de la frontera que se debía de proteger. El que se integrara a estos individuos a las milicias no siempre se hizo de buena forma, sino que fue un recurso que se tuvo que utilizar para poder adecuadamente la regió n Como ya se mencionó, en la ciudad de Durango la situación de los afrodescendientes fue diferente, ya que en este espacio se localizó la presencia de dos compañías milicianas de pardos, además de una de pardos a caballo. Las dos compañías estaban compuestas por 40 hombres, siendo que una de ellas también tenía un capitán, un alférez y un cabo. Por su parte, la de caballo contaban con 15 soldados a caballo, con su teniente, capitán y alférez. 43 Pese a que muchos españoles no estaban de acuerdo con la participación de los afrodescendientes en las milicias, esto permitió que los soldados pudieran acceder apuestos con gran importancia. Sara Ortelli en su libro nos explica la presencia de un alférez negro. Sin embargo, el historiador Arturo Guevara considera que este individuo sólo estaba haciendo una suplantación. . Igualmente, faltan investigaciones mas exhaustivas en los archivos regionales que nos permitan conocer la existencia de más unidades milicianas afrodescendientes en estas zonas del virreinato. 44 41 Jairo Eduardo Jiménez Sotero “Afrodescendientes en las milicias coloniales de la costa central de Veracruz. Política, sociedad y defensa militar. Siglo XVIII” (Tesis de doctorado, Escuela Nacional de Antropología e Historia, 2023), 286. 42 Raquel E. Güereca, "Las milicias tlaxcaltecas en Saltillo y Colotlán” Estudios de Historia Novohispana 54 (2016): 64-67 43 Archivo Histórico Municipal de Parral (AHMP), fondo colonial, milicias de guerra, padrones de milicia, c 10, 01, 029. 44 Arturo Guevara Sánchez, "Presidio y población indígena en la Nueva Vizcaya, siglos XVII y XVIII” (Tesis de doctorado, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 2011), 274. Esto parece lógico si se toma en consideración que Volume XXIII Issue VI Version I 40 ( ) Global Journal of Human Social Science - Year 2023 D © 2023 Global Journals People with Afro-Descendants in the Militias of the Northeast of New Spain. Century XVIII
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