Global Journal of Human Social Science, D: History, Archaeology and Anthroplogy, Volume 23 Issue 6
estos grandes puestos fueron ocupados comúnmente por los españoles, haciendo que los soldados no pudieran aspirar un gran crecimiento laboral. La participación de los afrodescendientes y otros grupos en la defensa armada continuó a finales del siglo XVIII. En consecuencia, en 1784 José Nicolás Gómez, era un morisco legítimo que fungió como soldado de la compañía del presidio de Anahelo, territorio cercano a la Villa de Santiago del Saltillo. Probablemente la participación de las personas de origen africano continuó aún después de la independencia de la Nueva España, debido a que estas seguían existiendo, ayudando a defender al territorio de las amenazas que se presentasen. Pese a la reconfiguración que había vivido el país, la organización seguía usando las estrategias de Castilla en la época de la reconquista. Las autoridades sólo podían continuar con su poder si “defendían” a la población y efectuaban las operaciones para la defensa del territorio. En consecuencia, en el siglo XIX se seguían usando las mismas estructuras militares, motivando así la participación de los mismos vecinos. Seguramente, muchos de ellos eran personas de origen africano . 45 II. C onclusiones La información utilizada en el presente texto permite cuestionarnos sobre la veracidad de la información descrita por diferentes autores que explican la poca participación de las poblaciones afrodescendientes en las unidades defensivas de la provincia de Coahuila. Las fuentes en donde aparece su presencia explícita son difíciles de localizar, sin embargo, se observa en dichos archivos la participación de estas personas en la guerra del noreste novohispano. En consecuencia, cabe preguntarse si realmente los porcentajes sobre los soldados afrodescendientes es cierto o si solamente es necesario seguir rastreando su contribución y alistamiento en dichos asentamientos militares en los archivos regionales. El estado defensivo de los territorios americanos siempre representó un problema para la Monarquía Hispánica durante el siglo de las luces. El tema central radicaba en cómo hacer partícipes a los pobladores americanos de las tareas de defensa, pues para el sostenimiento de las estructuras militares se requería forzosamente de la gente nacida en estas tierras. Dicha colaboración estuvo motivada en muchos sentidos por el estado de guerra imperante en el mundo hispánico del siglo XVIII. El punto de quiebre para la reformación del sistema defensivo americano lo 45 Luis García García, Frontera armada. Prácticas militares en el noreste histórico, siclo XVII al XIX , (México: Fondo de Cultura Económica, 2021): 257. representaron las conquistas de la Habana y Manila en el año de 1762. 46 1. Archivo General de la Nación, México (AGN) La participación de los afrodescendientes en las milicias de la frontera armada no fue quizás, tan elevada numéricamente en comparación a otros espacios de la Nueva España. Las autoridades de esta región trataron de reglamentar su participación, por lo que estaba estipulado que los soldados de las tropas presidiales tuvieran ciertas características físicas entre las que se encontraba su estatura, pero también el color de piel y la descendencia de los soldados a partir de su calidad. A partir de las revistas consultadas de los presidios de Coahuila y de la Nueva Vizcaya, se identificó la esporádica pero constante presencia directa de los afrodescendientes en las milicias, por lo que quizás se encuentran camuflajeados en las descripciones de estos individuos cuando son mencionados como trigueños. Por tanto, sólo son localizables a través de otras descripciones físicas de los soldados. Sin embargo, no se puede afirmar que se trate de personas de origen africano. Mas allá de que no se tiene información abundante en los archivos, si se puede afirmar que existieron personas de origen africano que integraron las milicias de estas regiones. Quizás esta decisión se tomó debido a que no eran ejércitos profesionales, por lo que los mulatos y negros no podrían formar parte de la defensa por tiempo permanente. Además, los pagos que se realizaban a estas personas sólo se hacían cuando estaban en servicio. De tal forma, tuvieron que seguir laborando en otras actividades que les permitiera continuar con su vida económica y material. Pese a lo anterior, mulatos y negros participaron en la defensa del septentrión novohispano, por lo que lograron acceder a privilegios. Estaba estipulado que los milicianos podían portar armas para poderse defenderse. También tenían derecho al fuero militar. Esto les serviría para protegerse en los asuntos civiles, solventando en muchas ocasiones de manera satisfactoria sus problemas cotidianos. Entonces, pese a que no se ha localizado información abundante que permita afirmar su participación continúa en los ejércitos permanentes y milicias, los afrodescendientes lograron integrarse de marea paulatina a las labores de defensa, contribuyendo en el esfuerzo de guerra persistente del Estado borbónico en el septentrión novohispano. R eferences R éférences R eferencias 2. Archivo General de Simancas (AGS) 3. Archivo Histórico Municipal de Parral (AHMP) 4. Archivo Municipal de Saltillo (AMS) 46 Albi, Julio, La defensa de las Indias (1764-1799), España, Ediciones Cultura Hispánica, 1987, p.93 © 2023 Global Journals Volume XXIII Issue VI Version I 41 ( ) Global Journal of Human Social Science - Year 2023 D People with Afro-Descendants in the Militias of the Northeast of New Spain. Century XVIII
RkJQdWJsaXNoZXIy NTg4NDg=