Global Journal of Human Social Science, E: Economics, Volume 21 Issue 4

En la exploración cualitativa se han sistematizado experiencias de familias de una región del norte peruano y la sistematización por categorías se presentan a continuación. Respecto al empleo e ingresos se puede apreciar que en la zona de análisis existe una gran presencia de autoempleo y trabajos informales, los mismos que durante la pandemia en su mayoría han sido seriamente afectados y en algunos casos estas fuentes de empleo se han perdido y por consiguiente la economía ha sido seriamente afectada, con frecuencia los participantes describen situaciones como la siguiente: “Bueno... en realidad soy comerciante y en los primeros meses de pandemia ya no viajaba mis puntos de venta, pero vendía acá cerca - en Túcume, desde que se agudizó la pandemia hasta el día de hoy ya no he vuelto ni siquiera a Túcume” o también en otros caso en los que han tenido que cambiar de trabajo para adecuarse a las circunstancias, como la descrita por participante 9 ”Durante la pandemia mi padre dejó de recibir su pensión mensualmente, ahora solo recibe cada dos meses y como los restaurantes cerraron, dejamos de trabajar y nos hemos mantenido gracias a los ahorros de mi padre. Mis hermanos Cristhian y Javier dejaron la academia para trabajar en una exportadora, como auxiliares de un ingeniero, Manuel y Yo nos dedicamos por ahora a estudiar para terminar la universidad y apoyar a nuestros hermanos”. Estos resultados muestran consistencia con estudios realizados en Estados Unidos, donde al analizar la duración de los autoempleos durante la pandemia, encuentran que varias características de los propietarios se relacionan significativamente con la duración del trabajo, especialmente los autónomos, jóvenes, mujeres y no blancos enfrentan un riesgo relativamente alto de desempleo. (Grashuis, 2021). En relación con la categoría del empleo, otro estudio también en Estados Unidos muestra resultados congruentes con la investigación ya que los trabajos de industrias que requieren proximidad y mayor contacto han tenido impactos negativos (Gabe & Florida, 2021). En relación con los gastos de salud durante la pandemia, se observa que los mismos son desproporcionados con los ingresos y la capacidad de pago actual de las familias, por lo que luego de agotar sus recursos, necesariamente han tenido que recurrir a endeudamientos y apoyos extraordinarios de familiares. La interacción con los participantes ha permitido identificar casos en los que las familias en menos de una semana afrontaron gastos por encima un salario mínimo vital mensual, el participante 4 menciona “mi padre se infectó con el virus, lo sacamos la prueba en la Municipalidad y dio positivo. Hemos pagado 300 soles cada dos días al médico y enfermera (durante 20 días) y se gastó un promedio de 80 soles en medicina diaria. Mi madre fue beneficiada con el Bono del gobierno, pero era insuficiente”, en otro participante indica que “los gastos llegaron a 12 mil soles, gracias a Dios que mi esposa tenía un dinero guardado y más unos prestamos hemos podido afrontar la situación”. Situaciones más complejas vivieron algunas familias en los momentos de colapso de los hospitales tales como lo manifestado por la participante, quien manifiesta que “en el hospital no se abastecen con los enfermos, el médico reconoce que no puede atenderlos a todos, tiene miedo atender a los enfermos por el contagio, cuando me sacaron del hospital y me dieron la cuarentena me sentía como un animal, como decían mis abuelitos como perritos (llora al hablar), mi esposo me decía, pon el banco y allí ponía la comida y se retiraba. Es muy triste, no lo deseo a nadie, en el caso de mi esposo cuando nos permitieron sacarlo del hospital una ambulancia nos cobró 400 soles de Chiclayo a Íllimo (40 km), luego 200 soles diarios, menos mal que mi hija nos enviaba dinero y Yo había sacado un préstamo”. Situaciones como las mencionadas configuran con claridad la naturaleza catastrófica de los gastos de salud, los mismos que cambian el estatus social de manera automática en una familia. En línea con estos resultados están los hallazgos de un estudio realizado en el Perú, donde se menciona que las atenciones en establecimiento públicos de salud no deberían generar altos gastos de bolsillo; sin embargo, la falta de capacidad de respuesta hospitalaria los ha obliga a acudir a centros de salud privados afectado la alicaída economía doméstica. “Aunque en los últimos diez años, los gastos de bolsillo en salud se han reducido, siguen siendo catastróficos para las familias más vulnerables y más aún en un contexto de pandemia debido a la pérdida de muchos empleos y reducción de los ingresos del hogar”(Tenorio-Mucha et al., 2020, p. 267). Respecto a las perspectivas que tienen las familias, se observa mucha incertidumbre y falta de claridad en sus proyectos de vida, en su mayoría mencionan que no se regresará a una situación de normalidad y que es necesario mantener la unidad familiar para afrontar una situación compleja como la que están viviendo. El participante 9 al respecto menciona lo siguiente: “bueno… para recuperarnos económicamente será un gran proceso, como unos 4 a 5 años, porque muchas empresas se han dado a la quiebra, además aparecen nuevas variantes de la COVID-19 mucho más contagiosas y la vacunación está demorando mucho”. En general los resultados demuestran la presencia de una situación de vulnerabilidad a la pobreza en las familias participantes, las mismas que al haber afrontado gastos catastróficos relacionados con la salud, sumado esto a la pérdida del empleo, han retrocedido en estatus socioeconómico, incrementado así la tasa de pobreza en la zona. Estos resultados son consistentes con los encontrados en la China por Liu et al., (2021) demostrando que, el nivel general del índice Volume XXI Issue IV Version I 84 ( E ) Global Journal of Human Social Science - Year 2021 © 2021 Global Journals Pandemia Y Pobreza: Dialogando Con Familias En El Norte Peruano

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