Global Journal of Human Social Science, E: Economics, Volume 22 Issue 7

desde la diferenciación entre ciudadanías hasta la localidad de origen entre gente de la Puna y del Salar. El inicio de la programación de las ferias generalmente es en el mes de septiembre en el Pueblo de Jama (Argentina) es un punto muy cercano a la frontera argentino-chilena. Se realiza una reunión en que son convocados comunidades y organizaciones atacamas/atacameñas de Argentina, Bolivia y Chile, allí se decide lo que se denomina el Ciclo de Ferias. Son alrededor de casi una treintena de ferias que inician en octubre y terminan en mayo, sus sedes son diferentes localidades y pueblos en el territorio atacameño dentro de la triple frontera. Estas organizaciones hacen coincidir el ciclo de ferias con el antiguo calendario agro-pastoril de los llameros y arrieros. Precisamente entre septiembre a mayo son los meses de siembra-cosecha, cuando el ganado estaba engordado y muy especialmente es el tiempo en que el frío terminó y se puede viajar por la cordillera andina. Los lugares más comunes para ferias son Hito Cajón (frontera Bolivia-Chile); San Pedro de Atacama (Chile); Quetena Grande (Bolivia); Catua, Susques, Coranzulí, El Toro y San Antonio de los Cobres (Argentina). La mayoría de estos lugares revisten de una íntima relación con el intercambio, ya que fueron paradas de los arrieros y llameros. Los feriantes han reactivado o creado en los últimos 20 años redes de nuevos circuitos de intercambio. Estos lugares se vuelven espacios de culto y memoria en que se resalta el pasado arriero y el trueque. Las ceremonias andinas cobran protagonismo, ninguna feria por lo menos oficialmente inicia sin un “Pago a la Pachamama”. Social y comercialmente estas localidades y pueblos momentáneamente se convierten en centro económicos, culturales y memoria. Las ferias parecen tener rasgos comunes. En cuanto a su desplazamiento las ferias son en la mayoría de los casos grandes mercados rectangulares al aire libre, casi siempre en la plaza central de los pueblos, o bien en al interior del gimnasio principal de la localidad. (Ver imagen N°1) El eje articulador de todas las ferias son los feriantes de San Pedro de Atacama, ya sea su posición geográfica le permite conectarse por carreteras y caminos con casi todos los pueblos puneños fuera de Chile; o bien por las mercancías industriales a las que tienen facilidad de adquirir y que son demandan en los lugares menos accesibles en la Puna. Los feriantes chilenos participan en las ferias tanto en Argentina y Bolivia. Están en Hito Cajón, San Antonio de los Cobres, incluso localidades de difícil acceso como El Toro, Coranzulí o Quetena Grande. Sin su participación los encuentros no estarían tan nutridos de personas y mercancías. Es poco común encontrar feriantes de Argentina en Bolivia o viceversa. Las rutas pueden ser demasiado largas, llegar a una feria en Argentina o Bolivia, involucra pasar primero por los puestos fronterizos de Chile, lo que representa una barrera extra y una de las más difíciles. Una de las pocas ferias en que se pueden encontrar los feriantes de los tres países es la feria de San Pedro de Atacama, que se realiza en noviembre por motivo de aniversario de la comuna. Las ferias por lo general se celebran junto con otra festividad del pueblo para convocar mayor cantidad de personas. Estas festividades en muchas ocasiones son en homenaje al santo patrón del pueblo. De esa manera la feria también se convierte en fiesta popular. Los pueblos que son escenarios de ferias, se convierten en comunidades anfitrionas, tienen cierta obligación de dar alojamiento y alimentación a los feriantes de los otros pueblos, lo que conlleva altos niveles de organización para recibir delegaciones entre diez y más de cien personas, sus vehículos y mercancías. Para comunidades pequeñas es todo un desafío, sus localidades se ven sobrepasadas y tienen que hacer grandes esfuerzos logísticos para llevar estas ferias a cabo. Algunos feriantes, especialmente puneños, aprovechan para visitar y quedarse en casa de familiares o amigos. En cambio, otras ferias cerca de los límites nacionales como Hito Cajón o Pueblo de Jama, se inician y finalizan en un par de horas. Los feriantes llegan con sus mercancías, intercambian y regresan. En los últimos años los puestos fronterizos se han reforzado y especializado. En otros tiempos, no había puestos fronterizos lo que significaba la no realización de trámites. En la actualidad es obligatoria completar la burocracia migratoria-aduanera-sanitaria. Una de las ferias más importantes es la de San Antonio de los Cobres, sitio que mantiene su trayectoria como punto de encuentro. Es organizada por la Red Pueblo Atacama, no solo convoca los feriantes de San Pedro de Atacama, sino que también a un número plural de comunidades puneñas de Jujuy, Salta, Catamarca e incluso otros pueblos indígenas. Es una de las más numerosas en cantidad de personas, mercancías y participación de instituciones del Estado y ONG’s que apoyan. Los feriantes visitantes terminan “sin nada” (como ellos mismos expresan) todas sus mercancías son cambiadas o vendidas, es más quedan una serie de pendientes a través de encargos específicos para la siguiente feria. El dinero obtenido lo utilizan para comprar en los negocios de San Antonio de los Cobres. Los feriantes de San Pedro de Atacama, regresan abastecidos principalmente de comestibles. Algunos feriantes revenden en Chile parte de lo obtenido y estas mercancías continúan viajando. Además, esta feria al igual que la de Susques, tiene la característica de articular pisos ecológicos y es una oportunidad que © 2022 Global Journals Volume XXII Issue VII Version I 49 ( ) Global Journal of Human Social Science - Year 2022 E "We’ re Like them" Conjunction between the Claimed Past, Sense of Unity and Globalized Trade in the Atacamas/Atacameño Exchange Fairs

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