Global Journal of Human Social Science, E: Economics, Volume 22 Issue 7
en sus respectivos países; sin embargo, tienen una larga historia de conexiones y en la actualidad son parte de un sistema amplio en que los atacamas/atacameños se encuentran y que alguna medida contrarrestan hegemonías sobre las formas de exclusión, adquisición y rehacen sus propias formas consumo de mercancías del capitalismo y comercio mundial. Las ferias atacamas/atacameñas son una especie de mercados locales, temporales que se construye por viajes, flujos y cambios en la economía y consumo creado por los propios actores fuera de las planificaciones de distribución y consumo. Pero es parte de un fenómeno económico global. La feria forma parte de una red mundial que el propio neoliberalismo no tenía en cuenta. Es por eso que, desde el punto de vista de la economía hegemónica, estos mercados no tienen cierta validez, aunque en el caso de las ferias no son del todo ilegales, ya que no hay una ley expresa que la prohíba o que castigue la actividad. Para los atacamas/ atacameños estas ferias son legítimas ya que es la continuación de una práctica que viene desarrollándose desde hace siglos en un territorio que siguen interpretándolo como artículado y consideran que tienen derecho como pueblo indígena. Pero para las administraciones estatales, las actuales ferias se encuentran en un área límite entre lo legal-ilegal, legítimo-ilegítimo. Es una especie de anomalía dentro del sistema, algo que no debería suceder bajo los estándares hegemónicos, pero sucede. Los indígenas -creados bajo los parámetros del Estado- deberían expresarse solo por una vía cultural dentro de los límites nacionales y consumir exclusivamente mercancías obtenidas en los grandes emporios comerciales; sin embargo, los atacamas/ atacameños crean sus propias redes de comercio para consumir mercancía globalizada. Los sectores indígenas periféricos se administran así mismos a través flujos de mercancías, nuevas, usadas, originales, copias o incluso desechadas que han cruzado varios circuitos comerciales internacionales y que son parte de la producción-comercio mundial. Esta otra globalización, se basa en redes que cruzan los límites nacionales por distintos canales, pero en su práctica no se opone a la globalización principal, incluso se complementan, tienen interrelaciones y coexisten en lo que A. Tarrius (2007), denominó territorios circulatorios, ya que no hay una sola dirección, sino que es un ir venir, un flujo constantes espacios estrechamente vinculados. La feria es una alternativa para adquisición de este tipo de mercancías que para algunas comunidades se les dificulta obtener por medio de los mercados hegemónicos como los nuevos malls . La información e invitación al sobreconsumo (lo que podemos llamar publicidad), llega a puntos a donde no llega la mercancía. La feria entonces cubre esa ausencia, se convierte en la alternativa para adquirir las marcas y mercancías deseadas. La feria es la democratización y el acceso a las mercancías a sectores que no entran en el discurso globalizador, además internacionaliza o exporta productos que fueron parte del mercado nacional. “De Chile, nos llegan los celulares, la ropa, compramos zapatillas marca Nike… o Adidas… nos gusta la ropa deportiva también…” (Atacama N°3). Las ferias se convierten en un sistema económico que en alguna medida son parte del mundo económico global. Hacen fluir mercancías y dinero más allá de los límites nacionales, pero a la vez son un mundo que no está separada de la globalización; sino que es producto y eslabón de muchas otras unidades políticas, culturales, legalidades, legitimidades y se convierte en una especie zona integrada al sistema y no separado del mismo. El flujo adopta características muy parecidas al capitalismo y sus tácticas, incluso más flexibles, esto para no competir con el comercio principal de forma directa y se convierte en otro camino del mercado principal. Precisamente la feria es una articulación de otros mercados, economías conectadas por atacamas/ atacameños que actúan como agentes de una forma de globalización popular e indígena. Esta otra globalización funciona en combinación con otros mercados hegemónicos y no hegemónicos, se crean interconexiones de larga distancias en que se enlazan personas, monedas, información y mercancía. “Por el guasá [WhatsApp] mandamos las cosas que queremos, allá las compran y ustedes nos las traen, nos la venden y acá cambiamos” (Atacama N°3) “Lo que conseguimos aquí, [Hito Cajón], lo vendemos en Uyuni… ” (Poblador de Quetena Grande) Las ferias son parte de la globalización, pero de una manera muy particular. Las organizaciones atacamas/atacameños no buscan imponer otra forma económica de producción-distribución-adquisición- consumo; sino que en alguna medida son parte de las actividades económicas capitalistas neoliberales. Son un canal hacia la movilidad de mercancías globales a lugares considerados periféricos. En ese sentido la feria es necesaria como un eslabón de las mercancías de la globalización. La feria como parte de la otra globalización es un mercado popular con elementos andinos, pero con lógicas del capitalismo neoliberal. En ese momento, lugares que para los Estados pueden ser secundarios, como Quetena Grande (Bolivia); Coranzulí (Argentina); Toconao (Chile) adquieren cierta centralidad y que justamente con el sustento histórico que le dan las organizaciones atacamas/atacameñas abre la posibilidad que ciertos productos continúan un viaje Volume XXII Issue VII Version I 52 ( ) Global Journal of Human Social Science - Year 2022 © 2022 Global Journals E "We’ re Like them" Conjunction between the Claimed Past, Sense of Unity and Globalized Trade in the Atacamas/Atacameño Exchange Fairs
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