Global Journal of Human Social Science, E: Economics, Volume 22 Issue 7
hacia mercados internos, incluso mercados más grandes. En ese sentido se resalta la geografía y les da relevancia a estos lugares ya no solo por su pasado, sino que también por su presente feriante. La otra globalización a la atacameña posee cierta relevancia, ya que es una de las maneras en que actores populares crean sus propios flujos globales de mercancías y surgen nuevas oportunidades de adquisición, consumo y relaciones sociales. Se trata de redes transnacionales de procesos globalizadores desde abajo, desde lo periférico e indígena que es una respuesta a otros procesos globalizadores hegemónicos en el que no son incluidos. Pero los atacamas/atacameños no están aislados del mundo, por el contrario, desde hace mucho sus antepasados formaron parte de redes de comercio colonial-mundial y en la actualidad están sumamente involucrados a sus respectivas sociedades nacionales. Las carreteras y un sinnúmero de camiones que unen el comercio Mercosur pasan prácticamente al frente de las casas de los atacamas/atacameños, como ocurre en San Pedro de Atacama (Chile) y Susques (Argentina). Entonces no están ajenos a lo que ocurre en la distribución de mercancías. Estos pueblos, forman parte de eslabones de tránsito y al mismo tiempo son receptores de políticas neoliberales supranacionales, como lo son los tratados de libre comercio. Las organizaciones transfronterizas actuales de atacamas/atacameños se desenvuelven en alguna medida en base a tales esquemas, pero también tienen cierta capacidad de amoldar ciertos elementos de esas agendas para lograr representación atacama/atacameña que en algunas ocasiones son distintas a la propuesta desde los gobiernos. Por ejemplo, la fluidez para moverse en espacios fronterizos y re-crear formas de comercio e identidad. Es otra cara de la globalización, opera en sus márgenes, precisamente en territorios fronterizos. Sus actores son miembros de las organizaciones atacamas/ atacameñas que brindan alternativas de distribución- consumo, y son una opción especialmente en lugares donde las últimas crisis económicas e inflaciones han afectado significativamente. En ese sentido, San Pedro de Atacama, se ha convertido en el receptor de mercancías de la globalización, las cuales, una vez compradas o usadas, van a las ferias para ser distribuidas en la Puna de Argentina y Bolivia. Así pues, San Pedro de Atacama es lugar clave como articulador de mercancías y ferias. Este pueblo es el que se conecta con todos los demás pueblos y localidades a través de la distribución de mercancías de la globalización a lugares apartados y periféricos. Eso convierte a San Pedro de Atacama en el centro de reexportación y distribución de la globalización a la atacama/atacameña. Es la globalización que no se tenía planeada desde los grandes centros de la economía mundial y nacional, pero es reproducida desde territorios considerados recónditos, organizada por grupos de distribuidores y consumidores que no estaban estimados en las macro redes del comercio mundial, ellos son los feriantes atacamas/atacameños. Desde estos márgenes las ferias ponen en cuestionamiento la idea de libre mercado. El consumo del mercado global está pensado principalmente en las urbes, específicamente en los malls, pero las ferias son el punto en que también se pueden adquirir estas mercancías, pero los feriantes se enfrentan a un sinnúmero de obstáculos que impide el libre paso de ellos, sus productos y mercancías. Así pues, el libre mercado no es tan libre, es restringido en que los atacamas/atacameños no se oponen a la adquisición de estos productos y cumplir con exigencias legales, pero en sus prácticas plantean otras formas de adquirirlos y distribuirlos. Precisamente estas otras formas son condenadas y estigmatizadas en un sistema abarcador que excluye otras formas de comercio y definición del territorio. 5. Estigmatización de los feriantes y las ferias A pesar de los tratados limítrofes que dividieron el territorio atacameño (1899-1904), la vida en la Puna- Salar de Atacama no quedó del todo desvinculada. Por varios años continuaron los viajes de intercambio entre los atacamas/atacameños y cruzaban las líneas fronterizas sin mayores limitaciones Pero esta imagen de frontera abierta ha ido cambiando con el tiempo, los que cruzaron las líneas limítrofes hace más de 40 años atrás recuerdan viajes sin novedades, sin puestos fronterizos, o a los más, sencillos trámites migratorios dentro de localidades como Susques o San Pedro de Atacama a cientos de kilómetros al interior de los países. “antes la frontera quedaba en Susques. En Jama, eso era peladero, después subieron a Jama…Uno llenaba unos papeles y listo seguía el viaje. Después en Jama, pusieron ese edificio que hay ahora, como 2010, 2012, no me acuerdo…ahora ta más jodio’ cruzar…” (Atacameño N°6). Con el tiempo las medidas de segregación estatales en los límites se hicieron cada vez más notorias. Las dictaduras militares y posibilidades de guerra como ocurrió en 1978 entre Argentina y Chile, incrementaron la separación. Pero por irónico que parezca es que con las políticas de la globalización neoliberal de los últimos años -la cual tiene como retórica la unidad de mercados- fue cuando las personas entre Puna-Salar de Atacama se sintieron aún más separados. A partir de la década de los 90 del siglo pasado, surgieron nuevas carreteras internacionales que, en vez de unir a los pueblos, alargaron las distancias. Esto se debe principalmente a que en los límites internacionales poco a poco brotaron puestos © 2022 Global Journals Volume XXII Issue VII Version I 53 ( ) Global Journal of Human Social Science - Year 2022 E "We’ re Like them" Conjunction between the Claimed Past, Sense of Unity and Globalized Trade in the Atacamas/Atacameño Exchange Fairs estatales de control. Las fronteras dejaron de ser
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