Global Journal of Human Social Science, E: Economics, Volume 22 Issue 7
puntos de encuentros y se modernizaron hacia puntos de regulación. Los puneños empezaron a percibir que al cruzar esos límites estaban en otro país. “En Catua, están todos mis primos, tíos, era como estar en su casa… un tiempo queríamos ir, pero ya no se podía, nos pedían hasta pasaporte… ¡¿pasaporte?! ¡Si voy a la casa de mi primo, mi familia! Los gendarmes, nos iban a meter presos, pero nos hicieron dar la vuelta.” (Atacameño N°5). Las fronteras entre Argentina, Bolivia y Chile, se han reforzado en los últimos años. Se han creado complejos fronterizos y ha aumentado el número de agentes en los límites, incluso militares en ciertas ocasiones. Una de las consecuencias directas fue la desaparición del arrieraje transfronterizo y que las actuales ferias sean estigmatizadas, relacionándolas al contrabando ilegal. La frontera que antes era vista como un lugar de articulación, ahora es sentida como un espacio ajeno que puede representar impedimentos a la movilidad. La idea se refuerza con la serie de restricciones, papeleo, revisiones e incluso en algunos casos maltrato sicológico y discriminativos por parte de algunos funcionarios estales: “La última vez que fuimos a la feria en Susque, uste’ viera, todo bien en migración, pero los del SAG de ellos 6 “ Hay veces que tratan bien, hay veces que tratan mal, dependen del funcionario… unas veces uno pasa rápido, otras veces demoran… Aduana Chile, sí, sí revisa mucho… no nos dejaron pasa’… nos hicieron desifencta’ las c osa… descarga’ to eso… había señoras ancianas con sus paquetes y les rociaron un insecticida, yo creo que era agua al final… nos hicieron baja’ to’, saca’ tooo… y después volvé a subi’ to’ y más encima teníamos que paga’ la rocia’… Sí, fue humillante, muy humillante… después cuando volvíamos, los chilenos igual, que no podíamos pasa’ ¿cómo no vamos a pasa’? siempre hemos pasao’… ¿qué le pasa?, nosotros sabemos que podemos pasa’, y que no…Ahí ya yo me molesté y les grité. Me dijeron que me iban a mete’ preso, ¡yaaa me daba igual! Ellos tienen que respetar, tenemos que hacer valer el Convenio 169…” (Atacameño N°7). “Acá nos tienen retenidos más de 6 horas ¿por qué? No nos han dicho… Todos los papeles lo hemos manda’o, tan las cartas ¿qué más quieren? Hay niños, señoras, ancianos… uno no es narcotraficante, pero nos tratan como delincuentes…” (Atacameño N°8) “Te ven así de collita y revisan todo che, hasta el perro han tira’o una vez, uno es de acá, uno es de estos la’os, no es pa’ que lo traten así a uno. Ellos no son de acá… Le ha han dicho a mi señora que viene con contrabando, no hay contrabando… (Atacama N°4). “No pudimos pasar, dijeron que éramos muchos, entonces nos molestamos, pero ellos dijeron que si insistíamos a todos nos iban a llevar detenidos… no hubo caso, nos tuvimos que regresar… (atacama N°5) 6 Se refiere al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria de Argentina (SENASA). Yo sí creo que nos revisan más a los que somos indígenas, porque a veces hemos venido a San Pedro [de Atacama] a visitar y nada, ahí uno pasa noma’… después el mismo auto, la misma gente, decimos que venimos a la feria y na’ má’ falta que desarmen el coche…Argentina es lo mismo…todos ellos son los mismo… (Atacama N°6). La expectativa de obtener mercancías y productos, además de mantener vínculos inter- atacameños, se ve truncada por la forma y fondo de las políticas fronterizas. Así la movilidad que es una característica fundamental de estas comunidades viajeras en alguna medida queda restringida o eliminada. Desde la perspectiva atacama/atacameña se puede comprender que estas políticas atentan contra las formas culturales de grupos que históricamente han estado viajando y comerciando. Estos grupos están dispuestos hacer cambios y adaptar sus relaciones socio-económicas a ciertas formas del comercio globalizado y reglas estatales. Lo que por el momento no están dispuestos aceptar es la eliminación o restricción de los viajes de comercio como una práctica cultural, aunque no sea importante para su economía doméstica, pero si una rasgo cultural fundamental de su identidad que ha sido re constituida y re adaptada a través del tiempo. Poco a poco los grupos de la Puna-Salar, asimilaron los cambios y transformaciones, pero no han dejado de viajar y comerciar, incluso crearon su propia institución comercial indígena que es la feria, la cual ha desarrollado sus propias características culturales y económicas. Pero a pesar del discurso de unidad territorial atacama/atacameña, ahora casi que no hay duda que al cruzar el límite, se está en otro país. Las banderas, las leyes, los productos, incluso los mismos acentos revelan que se está en otro territorio. El límite y las fronteras son vistos como barreras para la continuidad histórica-comercial-familiar que ha ligado a esta zona por siglos. Al hablar de feria inminentemente hablamos de cruce de límites fronterizos tanto de personas como de mercancías. Las ferias no pueden ser concebidas sin el cruce de fronteras. Esto lleva a cierta percepción de los grupos feriantes sobre los límites estatales. Los centros administrativos puestos en estos límites son la representación física de relaciones de poder y se encargan de la clasificación de objetos y personas. Y precisamente estas clasificaciones cobran mayor grado de segregación en países que han tenido un largo pasado conflictivo en sus relaciones limítrofes y en la colonización-modernización de zonas indígenas adyacentes. Para los Estados, el antiguo comercio indígena- campesino transcordillerano ha sido eliminado principalmente gracias a los puestos fronterizos que son la primera representación física del poder del Estado. El discurso de la modernización, concibió al comercio indígena-campesino en términos de Volume XXII Issue VII Version I 54 ( ) Global Journal of Human Social Science - Year 2022 © 2022 Global Journals E "We’ re Like them" Conjunction between the Claimed Past, Sense of Unity and Globalized Trade in the Atacamas/Atacameño Exchange Fairs
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