Global Journal of Human Social Science, G: Linguistics and Education, Volume 22 Issue 9

científicas. Podemos comprender que un meteoro cruza el firmamento en lugar de aceptar la versión primitiva del fenómeno: una estrella fugaz cae del cielo. La metáfora ilustra el breve instante en que el alma habita el cuerpo; la vida humana parece tan solo un súbito relámpago en contraste con la magnitud infinita del eterno universo, lo que a veces llamamos en la tierra tiempo geológico. La trayectoria de un simple meteoro en su recorrido por nuestro cosmos no parece gran cosa en contraste al infinito universo; este es el Bécquer de la Rima LIII, en la cual frágiles golondrinas representan la fugacidad del tiempo perdido en la memoria humana. El recuerdo del dolor y el gozo deja sólo un rastro al cruzar por el inmenso vacío del espacio; podría considerarse el sentimiento humano verdadera angustia sólo si acaso tuviera mayor duración. En la inmensa región vacía donde vaga el espíritu apasionado encuentra consuelo el huésped de las nieblas . Transporte espacial lo libera de la mezquina esclavitud corporal. En Cartas literarias a una mujer Bécquer trasplanta la sensualidad del amor a una ars poetica hablando de “un abandono tan artístico,” y también de “una respiración perfumada y suave.” 7 Promete llaneza romántica al insistir que la poesía es un medio para expresar el sentimiento efusivo de un amante. El poeta no profesa evadir herejías históricas, filosóficas y literarias si se topa con ellas al sentir y pensar, no al estudiar y leer. 8 Al emplear esta correlación Bécquer explica el origen de la inspiración poética: conviene aceptar la vida humana y dejarse llevar por la experiencia. El intelecto en esta nueva cosmología artística se torna instinto porque el deseo de alcanzar al ausente ser amado forma parte del ímpetu que lo impulsa a crear la obra de arte. Describe la poesía así: “Murmullos extraños de la noche, que imitáis los pasos del amante que se espera. ¡Gemidos del viento que fingís una voz querida que nos llama entre las sombras!” 9 Continúa tales epítetos mencionando inclusive presentimientos incomprensibles y espacios sin límites . Benítez trata el tema al considerar la contemplación de ruinas, Solar de la casa del Cid : “Bécquer cree en la simpatía mágica: su sensación frente a la ruina y aun las más extrañas fantasías coinciden con la verdad ideal que la ruina encierra.” 10 Entre las ruinas del antiguo convento de San Juan de los Reyes en Toledo nuestro poeta contempla estatuas litúrgicas y nos habla de fantasmas inanimados de otros seres que han existido . Estos y él mantienen el ardiente corazón inerte bajo el sayal, como un cadáver en su sepulcro . 11 7 Benítez 230. 8 Benítez 232. 9 Benítez 240-241. 10 Benítez. Bécquer tradicionalista 55. 11 Benítez 245. Habiendo penetrado el simbolismo poético de Bécquer, es posible tener acceso a la percepción del espíritu errante. La Rima LXXI revela una experiencia profundamente humana; el sensible narrador explica un acontecimiento importante en su vida: el presentimiento que siente ante la muerte de un distante ser querido. No dormía; vagaba en ese limbo en que cambian de forma los objetos, misteriosos espacios que separan la vigilia del sueño. Las ideas que en ronda silenciosa 5 daban vueltas en torno a mi cerebro, poco a poco en su danza se movían con un compás más lento. De la luz que entra al alma por los ojos los párpados velaban el reflejo; 10 mas otra luz el mundo de visiones alumbraba por dentro. En este punto resonó en mi oído un rumor semejante al que en el templo vaga confuso al terminar los fieles 15 con un Amén sus rezos. Y oí como una voz delgada y triste que por mi nombre me llamó a lo lejos, y sentí olor de cirios apagados, de humedad y de incienso. 20 ………………………………………… ………………………………………… Entró la noche y del olvido en brazos caí cual piedra en su profundo seno: dormí, y al despertar exclamé: “¡Alguno que yo quería ha muerto!” 12 Estaba acostumbrado el hombre del ayer a dejarse llevar por un sobresalto emocional sin sentirse cohibido por la vergüenza del individuo pragmático de hoy que vive sin ilusiones, y teme a la superstición. Exploremos el interior de la conciencia humana anterior a la revolución industrial. Según Bécquer la región entre el insomnio y el sueño encierra el olvido; y sofocar persistentes visiones causa una fuerte ansiedad que invade el alma. Efectuar un mayor intento de olvidar dichas visiones aumenta la ansiedad producida por ellas, no la elimina. Al dormir, el sueño atrae a la mente subconsciente errantes ideas que perduran. Los brazos del olvido es una gastada frase casi cliché hoy en día, y es posible que lo fuera ya en la época en que Bécquer escribía, pero aquí es una sutil frase que da vida al espíritu errante; el olvido atrapa el alma del sonámbulo. Bécquer admiró la ópera de Bellini la Sonámbula . Dice en uno de sus artículos que esta ópera fue extraordinaria: “…cantos como los de la Sonámbula 12 Benítez 117-118. © 2022 Global Journals Volume XXII Issue IX Version I 44 ( ) Global Journal of Human Social Science - Year 2022 G Cinco Rimas fantasmales de Gustavo Adolfo Bécquer

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