Global Journal of Human Social Science, H: Interdisciplinary, Volume 22 Issue 7

menudo tras consecuencias negativas ya en marcha que perjudican la salud mental y física. En el caso de las redes sociales digitales a través de plataformas como Facebook, Instagram o Tiktok se han estudiado casos de dependencia psicológica y emocional, lo que las ha convertido en un pozo de vulnerabilidad. El presente estudio buscaba conocer si también las plataformas digitales deportivas que han potenciado la interacción social de sus integrantes podrían ejercer un efecto similar entre sus usuarios y usuarias, provocando presión social, dependencia emocional, frustración e insatisfacción, e incluso llevando a los deportistas a asumir retos deportivos inadecuados para su formación o estado físico sólo con el objetivo de conseguir o consolidar su estatus entre su “comunidad” digital. La disciplina y el esfuerzo que exige la mejora deportiva van acompañados hoy, de forma general, de la presión por la sobreexposición que se produce a través de la redes sociales. El nuevo paradigma comunicacional que supone la cibercomunicación ha diluido, hasta prácticamente hacer desaparecer, las diferencias entre los espacios público y privado, por lo que hoy la participación en entrenamientos y competiciones son evaluados o, como mínimo observados, por múltiples personas que, siguiendo la tendencia de las otras redes sociales más genéricas, opinan. Opinan sin filtros. Dada la publicación pública de los registros antes privados, Strava introduce la competitividad en el entrenamiento y, con ello, los patrones de consumo y rivalidad individual. Funciona simplemente como la consecución de una serie de estímulos que ayudan a sentirse útil de forma inmediata, aunque no tenga ninguna capacidad transformadora ni disruptiva. En un principio las aplicaciones de carácter deportivo no tienen teóricamente causas nocivas y simplemente se limitan a controlar parámetros de la capacidad física, lo que teóricamente podría traducirse en mayor motivación para seguir haciendo deporte. Sin embargo el uso y abuso de dichas aplicaciones, como con el resto de la redes sociales de carácter menos concreto, provoca adicción y pueden ser perjudiciales a nivel emocional. El estudio quiso expandir los conocimientos en primer lugar sobre la capacidad adictiva a Internet de una APP como Strava que gamifica la práctica deportiva a través de herramientas tecnológicas y de la interacción social y, por otro, observar los efectos para la salud mental que dicho comportamiento podía provocar en los deportistas sometidos al escrutinio público, lo que obliga a una productividad y perfeccionamiento constante. La adicción a una aplicación como Strava incluso ha sido conceptualizada popularmente con el nombre de stravismo , padecido por deportistas obsesionados en conseguir los mejores tiempos en los sectores establecidos en la plataforma o el reconocimiento de sus seguidores. La compartimentación de los entrenamientos a través de la redes sociales forma parte ineludible ya de dicha preparación. La presente investigación ha venido a ratificar los resultados obtenidos por otros estudiosos por lo que hace al consumo de redes y sus consecuencias sobre la confianza personal, añadiendo aquí que la modificación del comportamiento por culpa del examen popular puede llevar a actuar de forma irresponsable a nivel físico. Así lo aceptaron alrededor del 18 % de los encuestados. El nivel de profesionalización que se ha adquirido en el deporte amateur hace que la mayoría de los registros de records existentes en Strava sean insuperables para el común de los deportistas, lo que provoca sentimientos de frustración que afectan a la autoestima. Además, la mayor disponibilidad horaria durante la pandemia de Covid-19 permitió una expansión del deporte (como se observa en los registros anuales aportados por la compañía), mejorando considerablemente el estado físico general. Los niveles de competitividad son inabarcables en aplicaciones como Strava dado que es un mundo en el que conviven millones de deportistas, cada uno de ellos y ellas subiendo y publicando lo mejor de su estado físico. El 26 % de los y las encuestadas en la presente investigación manifestó sentir insatisfacción al observar sus registros comparados con los de sus compañeros de comunidad digital. A la inyección inicial de autoestima por la práctica del deporte, algunos y algunas consideran que les sigue una insatisfacción al observar que otros usuarios de la comunidad digital hacen más o mejor, por lo que la sensación es de que uno siempre se queda corto. La competición se orienta a los resultados, datos numéricos que no muestran la complejidad de la vida personal, profesional o deportiva. A la postre, según aceptan el 14 % de los encuestados, dicha interacción les afecta en la autoestima, mientras el 20 % dijo sentir presión social, lo que aumenta la inseguridad y el sentimiento de inferioridad. El deporte ha interiorizado una nueva variante masiva: El escrutinio social digital. Disfrutar con la práctica, para muchos y muchas, está sujeto ahora a la opinión del resto. A pesar de que el deportista sea amateur, la concepción del éxito o el fracaso irá sujeta a la comparativa. Se precisa una mayor alfabetización digital que capacite a los usuarios de las redes sociales y les dé a conocer las consecuencias del consumo masivo e incluso adictivo. Las nuevas herramientas de interacción social aportan nuevas formas de comunicación y viceversa, por lo que la creación de contenido debe ir sujeta a su comprensión. La alfabetización no se debe limitar a un primer nivel de conocimiento sino abrazar también una mirada ética y, bajo la premisa de que la comunicación es poder, transmitir qué se debe hacer Strava, the Aspirational Sport and its Impact on Mental Health Volume XXII Issue VII Version I 32 ( ) Global Journal of Human Social Science - Year 2022 © 2022 Global Journals H

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