Global Journal of Human Social Science, H: Interdisciplinary, Volume 22 Issue 7
redes sociales como Instagram dañan la autoestima corporal de una de cada tres adolescentes. Se llegaba a aceptar que Instagram puede resultar “tóxica” para los adolescentes. El informe indicaba que “el 32% de las chicas adolescentes dijeron que cuando se sentían mal con sus cuerpos, Instagram las hacía sentir peor” (Eldiario.es, 2021). Ya en 2019 otro informe interno de la empresa afirmaba: “Empeoramos los problemas de imagen corporal en una de cada tres chicas adolescentes” y también que “los adolescentes culpan a Instagram de los aumentos en la tasa de ansiedad y depresión”. El 13% de los usuarios británicos y el 6% de los estadounidenses vincularon el deseo de quitarse a la vida al uso de Instagram. El gran problema de las redes sociales es que no han recibido el escrutinio del público más genérico y las consecuencias de su uso desmedido y descontrolado continúan siendo desconocidos para la mayoría, por lo que se precisa de alfabetización digital y mediática para su comprensión, dado que sus efectos sobre la población (y quizá más sobre los jóvenes) pueden ser muy graves a nivel emocional. b) La particularidad de Strava Strava es, en parte, una aplicación diferente porque incita a la acción. Es decir, no promociona, como sí otras redes, el consumo pasivo a menudo relacionado con el ver y consumir de forma aislada. Strava promociona el deporte y, con ello, vincula la exposición pública al esfuerzo físico y la superación, tanto la propia como la colectiva. Es una comunidad digital de deportistas, lo que le reporta, a priori, características positivas por su promoción de la vida saludable. Un grupo selecto por una particularidad específica, la práctica del deporte. Este estudio se centra en la creación de una identidad deportiva digital en la que es enormemente relevante la opinión del otro, que puede actuar desde el distanciamiento afectivo. La retroalimentación es clave en la configuración identitaria a nivel digital, donde se muestra más aquello que se cree que demanda el interlocutor que aquello que se es o se quiere mostrar. La nueva interacción social es audiovisual, activa, constante, inmediata y multitarea y usa nuevos instrumentos conceptuales y metodológicos, por lo que se logran nuevos significados y valores, nuevas prácticas y relaciones sociales. Tampoco ha resultado suficientemente investigado y este estudio debería ser continuado con mayores muestras poblacionales que ayudasen a entender los efectos que dichas interacciones públicas crean en los y las deportistas. Aplicaciones digitales como Strava reportan un nuevo paradigma comunicacional, en un ambiente en el que ya se había producido y generalizado una difusión absoluta entre lo público y lo privado. O más bien, una desaparición de lo privado, con una nueva autoconsideración de que cualquier actividad individual interesa a la colectividad. Por alejada que dicha apreciación esté de la realidad. La satisfacción personal, tan sujeta a la lectura pausada de la experimentación, en este caso deportiva, se ve diluida rápidamente, por la velocidad con la que actúa el prejuicio, por la interacción con otros u otras a través de las redes sociales, que siempre aporta herramientas para la crítica o la autocrítica. La comprensión del pasado y la valoración personal quedan sujetos a la relación social. Y, desgraciadamente, en dicha apreciación es general la insatisfacción, la avaricia y el retraimiento. Contrasta, sin embargo, con la ambición, el descontrol y el individualismo. Se podrán observar estas características a través de las respuestas de la encuesta realizada a alrededor de 300 deportistas. Como acepta el vicepresidente de marketing de Strava, Gareth Nettleton, la gran diferencia de Strava que permitió su éxito empresarial contra la competencia fue la incorporación de premios emocionales a su plataforma, es decir, la publicación de los resultados obtenidos deportivamente y la incorporación de interacción de aprobación (pero también de desaprobación, aunque fuese a través del silencio digital) de una comunidad. Dicha visión la aparejaba a otras redes sociales tradicionales a nivel digital, caso de Instagram, Facebook o Tiktok. En Instagram se dan más de 4.000 millones de likes al día y la necesidad de estar conectado o de mirar constantemente los likes puede convertirse en un pozo de vulnerabilidad del que será muy dificultoso salir porque nunca sacian a la persona, al contrario: siempre se quiere más (Catalán, 2020). Nettleton, en la entrevista citada anteriormente, afirmaba que ellos, como compañía, entendieron que es más importante compartir que competir. Cierto es que se comparte, en cierta medida (unos más que otros) para competir y se compite (unos más que otros) para compartir. Según Nettleton: “A los brasileños le encanta compartir muchas cosas en redes sociales, mientras que los alemanes son mucho más celosos con su privacidad. Con el ciclismo tuvimos suerte: fuimos una de las primeras herramientas centradas en ese deporte. En el caso del running, el panorama era muy distinto: existían aplicaciones buenas y exitosas, pero que no tenían tan desarrollado su carácter social. Desde su origen, Strava fue concebido como una red social (…) El otro reto es ser, cada vez más, una especie de hermano de nuestros usuarios. Queremos ser un habito, una costumbre, el hermano con el que sales a hacer deporte y que te estimula y convierte el deporte en, casi, una adicción” (Nettleton, 2016). Una adicción al reconocimiento. Según las investigaciones científicas especializadas, la recompensa es un componente central para impulsar el aprendizaje basado en incentivos, las respuestas adecuadas a los estímulos y el desarrollo de conductas dirigidas a objetivos. La activación del sistema de recompensa (…) provoca una liberación de dopamina, Strava, the Aspirational Sport and its Impact on Mental Health Volume XXII Issue VII Version I 20 ( ) Global Journal of Human Social Science - Year 2022 © 2022 Global Journals H
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