Global Journal of Management and Business Research, A: Administration and Management, Volume 22 Issue 4
niñas, se observó que el grupo experimental alcanza un mejor desempeño. La calidad de las interacciones tiene un gran impacto en la vida de los niños y niñas en edades tempranas y es una dimensión en la que el personal de salud debe ser referente para las familias. De acuerdo con lo señalado por López et al. (2016), las interacciones entre los cuidadores y los niños, es uno de los aspectos críticos en la calidad de los servicios de atención infantil, que se expresa en la capacidad de respuesta y la sensibilidad de los cuidadores hacia los niños y niñas. Este aspecto es muy importante en el desarrollo de los bebés o niños pequeños pues tiene un impacto de largo plazo. Las evidencias de la serie The Lancet, (Unicef et al., 2016; Unicef et al., 2018) destacan la importancia de un cuidado cariñoso y sensible en este periodo de vida. Señala que la calidad de las interacciones tiene un efecto positivo, no solo en el desarrollo físico, emocional, social y cognitivo, sino que protege a los niños y niñas pequeños/as de la adversidad, produciendo un efecto a lo largo de la vida. Monteiros (2015) menciona que la atención con calidez, el trato al usuario y la sensibilidad de los profesionales es uno de los aspectos de proceso que define la satisfacción del usuario en los centros de salud familiar. Concluye que la manera “seca” o “tajante” de algunos profesionales hacia el usuario, el niño o niña durante el control de salud, influye en la opinión del acompañante. Por su parte, Fernández (2017) afirma que los aspectos interpersonales, técnico asistencial y capacidad educadora, son necesarios para un adecuado desempeño y forman una opinión favorable de la imagen del personal de salud en las madres de familia. El sector salud ha venido generando procesos de cambios normativos coherentes con los enfoques de derechos y de atención integral que responden al marco global del cuidado cariñoso y sensible. Ello requiere asumir nuevos paradigmas y desarrollar habilidades personales para interactuar con los niños y niñas y con sus familias. Estos aspectos no solo suponen la adquisición de nueva información, es necesario generar espacios de reflexión, análisis, pero también de ejercitación de nuevas habilidades y actitudes. De allí que la asistencia técnica en el campo profesional representa una estrategia que contribuye en la mejora del desempeño y demanda nuevos retos en los procesos de formación continua. En las interacciones y trato al niño, mostraron cambios importantes; sin embargo, el aspecto que aún representa un reto para el personal de salud es el de promover la autonomía y libertad de movimiento durante la atención de CRED. Si bien hay diferencias entre ambos grupos y mejores niveles de avance en el grupo experimental, en ambos casos se observa dificultad para generar espacios de libre expresión; hay una tendencia a dirigir el juego del niño o niña. En la dimensiónsobre la capacidad para aplicar los instrumentos de evaluación del desarrollo, se observa que el grupo experimental alcanza un mejor desempeño. Fernández (2017) afirma que la evaluación del desarrollo es una de las actividades del personal de enfermería que requiere entrenamiento, especialmente para las habilidades de observación y manejo de los instrumentos, para tomar acciones oportunas de derivación y seguimiento en el desarrollo. Al aplicar los instrumentos de evaluación, se observó que el personal de salud, en su mayoría, no contaba con las condiciones y recursos adecuados para realizar esta actividad. Si bien el grupo experimental evidencia mayores cambios en este aspecto, se observó que uno de los retos en ambos grupos, era aplicar el procedimiento de iniciar la evaluación con los hitos del mes anterior, para verificar niveles de logro y retrasos en el desarrollo (como indica el instrumento de evaluación). Al inicio, la mayoría tampoco observaba los indicadores de desarrollo a partir del juego libre o por propia iniciativa. Luego, ambos grupos fueron ejercitando este aspecto y afinando su mirada durante la evaluación. Lo observado en este aspecto coincide con lo sustentado por el Ministerio de Salud de Argentina (2017) sobre la evaluación del desarrollo, explican que requiere de personal de salud con habilidades y actitudes para la observación, con capacidad para mirar al niño, desde sus características, como sujeto de derechos, con potencial y con iniciativa, que respete sus tiempos, proceso y contexto. En la dimensiónsobre la capacidad para brindar consejería a la familia en DIT, se observó que el grupo experimental alcanzó un mejor desempeño respecto al grupo Control. De acuerdo con lo señalado por Guerrero (2019) citan a Siraj-Blatchford y Woodhead (2009), paradescribir los desafíos de la calidad de los programas de primera infancia, afirman que para ser eficaces requieren de profesionales capacitados y asistidos que promuevan la participación de las familias, quienes deben ser también asistidas y recibir una adecuada consejería que les permita mejorar sus prácticas de crianza. Por otro lado, Cordero et al. (2016), al evaluar la consejería, pone énfasis en la necesidad del entrenamiento y la práctica de habilidades interpersonales y de comunicación. Para ello, incorpora metodologías demostrativas y pertinentes al contexto que mejoran las prácticas de cuidado infantil. En esta dimensión, el aspecto más difícil de alcanzar fue la capacidad de promover compromisos expresados espontáneamente por las familias. Muchas veces, la tendencia era dar consejos y recomendaciones en la que les decían lo que debían hacer, antes de promover que sean las mismas familias, quienes, a partir de un proceso de reflexión con el Effect of Technical Assistance on Professional Performance 51 Global Journal of Management and Business Research Volume XXII Issue IV Version I Year 2022 ( ) A © 2022 Global Journals
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