Global Journal of Medical Research, G: Veterinary Science and Veterinary Medicine, Volume 21 Issue 2
Year 2021 Global Journal of Medical Research Volume XXI Issue II Version I ( D ) G 36 Characterization of Dogs and Cats Diagnosed with Diseases of the Urinary System in 2019: Veterinary Hospital, Faculty of Veterinary Medicine, University of San Carlos De Guatemala como promedio la edad de 8 años. La edad de presentación de las infecciones urinarias en perros varía desde 0,3 hasta 16 años, con una mediana de 7 años (Chew et al., 2011). Esto está asociado a que los animales de 8 años en adelante, por lo general presentan otras enfermedades concurrentes que alteran alguno de los mecanismos de defensa del tracto urinario (Mendoza, 2015; Elliot y Grauer, 2007). En base a la raza, se han establecido algunas razas predisponentes a esta patología, encontrándose al pastor alemán, caniche miniatura y toy, labrador Retriever, Dachshund, doberman, pinsher y schnauzer miniatura con una mayor incidencia de ITU (Chew et al 2011; Petreigne 2017; Gaymer, 2014). En este caso, encontramos con mayor presentación a los caninos sin raza definida, seguido de poodle y Schnauzer. Estos datos son similares a los obtenidos por García et al (2019), en donde se presentó con mayor frecuencia en caninos mestizos, seguido de Schnauzer y cocker spaniel. Con respecto a los perros mestizos, no existen datos comparativos debido a que la mayoría incluye animales de raza (García et al, 2019). La segunda patología con mayor frecuencia presentada fue la urolitiasis. Esta constituye la causa de aproximadamente el 18% de las consultas en las veterinarias, de caninos con afección del tracto urinario inferior (Rosas, 2021). En este caso, la incidencia de presentación de la enfermedad fue del 16.90% de los pacientes caninos que acudieron a consulta con sintomatología de estranguria, hematuria; siendo similares los resultados obtenidos por López-Villa et al (2014) de un 17.75%. La orina canina es una solución compleja en la que las sales pueden permanecer en solución en condiciones de sobresaturación; sin embargo, esta puede precipitarlas o formar sólidos, dando como resultado cristales, los cuales si no son expulsados se pueden unir y formar urolitos. Estos dañan el uroepitelio y provocan la inflamación del aparato urinario, predisponiendo al animal a una infección del aparato urinario (Nelson & Couto, 2010; Mendoza, 2015).Los urolitos pueden formarse en cualquier lugar de las vías urinarias, aunque, en los perros, la gran mayoría aparece en la vejiga y pueden moverse a uretra (Baciero, 2013); solo un 5% se localiza en riñones o en los uréteres. Con respecto al sexo, la urolitiasis vesical, se presentó con mayor frecuencia en machos respecto a las hembras, siendo los resultados del presente estudio, similares a los obtenidos por Muralles (2021) y Del Ángel Caraza (2009). Esto se debe principalmente, a que los machos poseen una uretra más larga, estrecha y con un hueso en el pene, lo que puede impedir la salida de la orina y la precipitación de sólidos. Por lo contrario, las hembras tienen una uretra corta y amplia, lo que permite la salida de sedimento evitando la formación de urolitos o en su defecto, En cuanto a la edad, se observó que afecta principalmente a los caninos mayores a 8 años. En el estudio realizado por Muralles (2021), hace referencia que el rango de edad para esta afección se encuentra entre los 5 a 12 años principalmente. Esto puede deberse a los cambios morfológicos y funcionales que ocurren en los animales con el paso del tiempo, o bien por diferentes medicamentos que predisponen a esta patología (Lekcharoensuk et al., 2002; Osborne et al., 2000 y Del Ángel Caraza, 2009). Con relación a la raza, se encontró que los caninos de raza pequeña (62.5%, schnauzer, chihuahua, maltes, yorshire, pomerania, poodle, entre otros) son más susceptibles en comparación a las razas de talla grande (37.5%, golden retriever, viejo pastor inglés, husky, otros). Esto se debe principalmente, a la proporción en el consumo de agua, menor volumen de orina, menor número de micciones y, por tanto, mayor concentración de minerales. (Stevenson, 2002; Rosas, 2021). La enfermedad renal fue la tercera causa más frecuente de enfermedad del tracto urinario. Esta se clasificó en lesión renal aguda (9.15%), enfermedad renal crónica estadio I (0.70%), enfermedad renal crónica estadio II (2.82%), enfermedad renal crónica estadio III (0.70%) y enfermedad renal crónica sin estadificar (14.79%). En clínica de pequeños animales, la casuística ante pacientes renales señala que la Enfermedad Renal Crónica (ERC) es la patología renal más frecuente; ocurre cuando los mecanismos de compensación renal no son capaces de mantener las funciones propias del riñón: regulación de electrolitos, del equilibrio hídrico y ácido base y síntesis de hormonas (Chew, 2011); con prevalencias mundiales entre el 0.5 % - 1.5 % en caninos (Brown, 2007; González, 2018 y Miguel, Gimenez, Meder, 2021). Del total de caninos diagnosticados con enfermedad renal crónica, solo el 22.22% fue clasificada en los diferentes estadíos: el grado I fue diagnosticado 0.7% en caninos de 3-5 años; grado II, en 4 caninos mayores a 8 años (2.82%) y en grado III, 0.7% en mayores de 8 años. Los pacientes que no fue posible estadificar por falta de pruebas de laboratorio y seguimiento se presentaron en el rango etario a partir de los 6 años en adelante (14.79%). La International Renal Interest Society, IRIS, sugiere la clasificaciónde los enfermos renales crónicos en base a sus niveles de creatinina plasmática en cuatro niveles, que a su vez se pueden sub clasificar en función de la proteinuria y de la presión arterial. Este tipo de clasificación permite © 2021 Global Journals permite la salida de estos. (Osborne et al., 2000). Sin embargo, esto puede variar de acuerdo con el material del urolito, siendo predominante los cálculos de oxalato de calcio en el macho y los de estruvita en la hembra, que se asocian principalmente a infecciones del tracto urinario (Bermúdez, 2017).
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