Global Journal of Medical Research, G: Veterinary Science and Veterinary Medicine, Volume 21 Issue 2
Year 2021 Global Journal of Medical Research Volume XXI Issue II Version I ( D ) G © 2021 Global Journals 37 Characterization of Dogs and Cats Diagnosed with Diseases of the Urinary System in 2019: Veterinary Hospital, Faculty of Veterinary Medicine, University of San Carlos De Guatemala unificar criterios para el diagnóstico, pronóstico y tratamiento de estos pacientes. Con respecto al sexo, no se encontró ninguna diferencia entre hembras y machos respecto a la enfermedad renal. Según Adams (2004), no existe una predilección sexual en la presentación de IRC en perros ni gatos. Estos resultados son similares al estudio de Häfelin, (2008), Chandler, (2007), en todos estos estudios la proporción de machos y de hembras era muy cercana a 1:1. En base a la edad, se observó con mayor frecuencia en pacientes mayores de 8 años. En el estudio realizado por González (2018), reporta que se observa principalmente en caninos mayores a 10 años (45%). Esto se debe principalmente por la persistencia de alguna enfermedad renal que no fue diagnosticada a temprana edad y que, con el paso del tiempo, se presentan las alteraciones en las nefronas del canino. En un adulto o geriátrico, existe una limitante ante la capacidad del organismo de producir nefronas y compensar las dañadas, lo que hace que el problema sea persistente en el tiempo y de curso progresivo (Valdés, 2002; González, 2018). Por lo general, las edades avanzadas son las más afectadas, se presentan en un 10% en pacientes geriátricos; sin embargo, esta patología se puede presentar en animales de cualquier edad (Brown, 2007; González, 2018; Cortadellas, 2010). En el caso de los caninos que presentaron la enfermedad a una edad temprana, se debe al diagnóstico temprano y a la metodología utilizada (Watson et al., 2003). Se encontró que el 0.70% de los caninos menores a un año, diagnosticados con enfermedad crónica. Se ha reportado que en animales jóvenes está relacionado con problemas congénitos y/o familiares debido a la presencia y persistencia de glomérulos fetales o inmaduros, engrosamiento de la membrana basal glomerular o un rasgo presente en un grupo de perros emparentados; mientras que la adquirida, ocurre en mayor frecuencia en animales seniles ( Cavalera, et al, 2021; Polzin, 2011; Chandler et al., 2007; Gough & Thomas, 2004; Birchard & Sherding, 1996). Con relación a la raza, se encontró que afectó principalmente a caninos de raza definida (80%), los cuales incluye al Poodle, Golden Retriever, Cocker Spaniel, Schnauzer. La ERC está descritaen muchas razas caninas y puede ocurrir en algunos mestizos, cursando a edad temprana (menor a 5 años), y en razas como Alaskan Malamute, Beagle, Boxer, Montañés de Berna, Bull Terrier, Chow Chow, Cocker spaniel, Golden Retriever, Lhasa Apso, Poodle estándar, Shih tzu, Schnauzer miniatura, Rottweiler, Samoyedo y Shar pei. (DiBartola, 2002; Chandler et al., 2007; González, 2015; Häfelin, 2008). La lesión renal aguda es un síndrome potencialmente reversible que se produce como consecuencia de una rápida alteración de la función renal por una enfermedad que cursa en horas a días. (Nelson & Couto, 2010). Dicha alteración da lugar a un aumento rápido y progresivo de los metabolitos tóxicos en sangre (azotemia) junto con desbalances hidro- electrolíticos y acido-base, que se reflejan en una falla para concentrar la orina y oliguria en la mayoría de los casos (Daza et al., 2008) En relación con la edad, se presentó principalmente en animales mayores de 8 años, datos parecidos al estudio de Häfelin (2008); Behrend (1996). Según Cowgill (2004), esta enfermedad puede ocurrir a cualquier edad, sin embargo, existe mayor predisposición en animales seniles debido a procesos morfológicos y funcionales. Con respecto a felinos, las patologías urinarias diagnosticadas fueron: Enfermedad del tracto urinario inferior (FLUTD por sus siglas en inglés) y enfermedad renal. El FLUTD incluye las siguientes etiologías: cistitis idiopática, infección urinaria, neoplasia vesical, obstrucción uretral y urolitiasis. Estos hallazgos son similares a los reportados por otros autores como Forrester y Roudebush (2007), Suárez, Bertolani, Avellaneda y Tabar (2013), Osborne et al (1996), con la diferencia que reportan urolitiasis y tapones uretrales como la segunda causa de FLUTD, en un rango de 10 a 21% de presentación. La enfermedad del tracto urinario inferior (FLUTD), es una alteración de la vejiga urinaria y/o uretra de los gatos, afectando a todas las edades, siendo cada vez más visible en felinos que viven en interiores (Hostutler et al., 2005). Del total de pacientes felinos atendidos en el Hospital Veterinario (104), el 14.42% fue diagnosticado con FLUTD. Sin embargo, se reporta que la incidencia anual correspondiente a esta patología es de un 1% (Suárez, et al 2013; Cely, 2016). Este aumento, puede deberse a diferentes factores Con respecto al sexo, el 69.23% de los caninos fue diagnosticado con lesión renal aguda, fueron machos. Similares datos, se obtuvieron en los estudios realizados por Häfelin (2008); Vaden (1995) y Behrend (1996). Lo cual podría estar relacionado a la presentación de origen renal. Ya que como se observó anteriormente, la presentación de urolitiasis en machos fue de 79.17%, siendo esta una de las causas más comunes de la lesión renal aguda post renal (Cowgill y Elliott, 2002; Häfelin, 2008). Con respecto a la raza, se encontró que afectó principalmente a animales de raza pura siendo estos Golden retriever 30.77% y Husky Siberiano 15.38%.Sin embargo, para esta patología no existe una predilección racial, cualquier canino puede verse afectado por diversos factores (Cowgill, 2004; Vaden, 1995). En el estudio realizado por Häfelin (2008), hubo una predominancia de esta patología en raza poodle y cocker spaniel, sin embargo, aclaran que esto puede deberse a una mayor presencia de estas razas en la casuística global del hospital.
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